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30 diciembre 2013 1 30 /12 /diciembre /2013 09:26

gol-de-nayim.jpgFUTBOL

 

El fútbol es más que un deporte y por tanto hay que entenderlo precisamente como lo que es: un acto de fe basado en un sentimiento colectivo.

 

También  es un deporte, por supuesto;  pero para mí, en lo que nos concierne en estas líneas, es secundario. No me interesa como tal.  Sin duda hay deportes más esforzados y “heroicos” que el fútbol.

 

Lo que  aquí nos ocupa es el fenómeno de masas, la  pasión por unos colores, el sentimiento colectivo del que hablaba, que transciende a lo racional y se eleva sobre la tontería de ver a  22 tíos corriendo en calzoncillos, detrás de una pelota  y que, justo cuando llegan a ella, le vuelven a pegar otro patadón para seguir corriendo de nuevo en su búsqueda, y así sucesivamente.

 

Podemos convencernos de que el futbol no es importante; yo particularmente lo hago siempre que mi equipo pierde, es decir casi todas las semanas (lo cual estropeo en las pocas ocasiones en que no ocurre así; en ellas vuelvo a darme cuenta de que sí, de que realmente es muy importante), pero daría igual. Si no existiera el futbol existiría otra cosa. Volveríamos al circo romano, a las justas medievales o al balonmano.

 

Cuando comento que no me interesa como deporte me ahorro trasladaros un largo listado de injusticias que el fútbol, como actividad física, comete contra el resto de los deportes. Sin duda los futbolistas no son los mejores atletas, ni los más sacrificados, ni los que tienen mejores cualidades físicas. Ninguno se podría comparar con un ciclista, un triatleta,  un nadador o un corredor de fondo, por poneros ejemplos claros de deportistas esforzados. Sin embargo el sacrificio y dedicación de estos últimos, aún perteneciendo a la élite de estas modalidades deportivas, no se corresponde con su notoriedad e interés popular ni por sus “hazañas” ni, por supuesto, con sus retribuciones. Pero no hay que darle más vueltas; el futbol es más que un deporte y como tal hay que contemplarlo.

 

Los más listos ya lo saben desde hace años. Eso de que el Barça es “mès que un club” quiere decir justamente eso. Que es más que un deporte. Que es un sentimiento. Para ellos y para los demás, aunque no lo digan.

 

No voy a gastar muchas líneas en teorizar sobre lo obvio. En este país el fútbol es tan importante o más que la propia política, que el interés por los temas económicos y, sin duda, que cualquier modalidad de manifestación cultural.

 

Siendo tan importante resultaría interesante analizar qué está pasando en el fútbol en nuestro país. Porque pasar, están pasando cosas que antes no pasaban. Y si pasan en algo tan significativo es porque hay un interés en que así sea.

 

Vayamos por tanto al “sentimiento” para explicaros que está ocurriendo.

 

 

 

 

 

SENTIMIENTOS.

 

 

Los resortes psicológicos, y si me apuráis ideológicos, del fútbol son los mismos que operan en los sentimientos de identidad territorial o familiar y por lo tanto para muchos forman parte de su código genético. Yo, por mi parte, no participo de folklorismos nacionalistas, ni españolistas ni de ámbito menor, pero no podemos negar que todos presumimos como españoles con nuestras selecciones y presumen los cántabros con su Racing. Y a eso me refiero.

 

Yo "soy" del Real Zaragoza.  Nada en especial; si fuera de Valladolid o de  Murcia sería del equipo de estas ciudades. Digo “soy” porque es el verbo que creo que hay que aplicar. Uno puede “ser” de Burgos y sentirse de Soria. Es posible. Pero se “es” de Burgos. Yo "soy "del Real Zaragoza y me siento del Real Zaragoza. Para quien no entienda esto, y ya no hablo de a quien no le guste el fútbol,  sino de quien no entienda de lo que estamos hablando, posiblemente esto parezca  una tontería; pero no lo es.

 

Uno puede ser español y no sentirte español. Incluso puede pensar que por no sentirse español no lo es. Pero se equivoca porque lo sigue siendo. Puede no sentirse de ningún sitio pero sigue siendo español. Puede no sentirse catalán por ser del Vall de Arán pero es catalán. Puede no sentirse vasco por sentirse español pero sigue siendo vasco.

 

Podremos no sentir lo que somos, podremos también sentir lo que no somos, pero lo que jamás podremos es sentir como lo que no somos. Por más que un español se sienta alemán, por los muchos años que lleve en ese país trabajando, jamás sentirá Alemania como un alemán porque jamás sentirá “la vida” como uno de ellos. Es genético y cultural.

 

 A pesar de ello los afectos territoriales parece que se prestan a diferenciar sentimiento y pertenencia posiblemente porque estos llevan un añadido de consecuencias políticas.

 

Yo soy de la familia Burillo y me siento de la familia Burillo. No solo eso, me siento orgulloso de ello, aunque no haya hecho nada para conseguirlo más que nacer allí. Una tontería como un piano de cola para los demás, pero no para mí, claro. Posiblemente todos nos sentimos de la familia en la que hemos nacido y nadie se siente de la familia del vecino. No conozco a ningún Gómez que se sienta Pérez. No conozco a nadie que a la hora de la cena llame a la puerta del vecino y pida cenar con ellos porque realmente se “sienta” de su familia. En mi vida he hablado con alguien que se sienta Pérez “de toda la vida” siendo Gómez por nacimiento. Sí que hemos encontrado a gente que renuncia a su familia pero no por ello se siente de otra, independientemente de que forme una diferente por su cuenta, que por cierto seguirá siendo Gómez. Posiblemente si renunció a su familia quiera restablecer el honor de los Gómez en su nueva familia.

 

Curiosamente, y a diferencia de los sentimientos territoriales, nadie traslada sus afectos familiares. Solo de leerlo parece ridículo.

 

 

¿CAMBIAMOS LOS SENTIMIENTOS?

 

 

Cuando yo era pequeño en   mi ciudad todos “éramos” del Real Zaragoza. Pero lo más importante es que también nos sentíamos de este equipo. Por supuesto que compañeros  de otros lugares geográficos, ellos o sus padres, podían “ser” de otros equipos, normalmente siguiendo la “tradición” familiar. Pero en general  la gente era y se sentía del Real Zaragoza.

 

Os soy sincero si os digo que yo no tenía ni un solo amigo del Barça o del Madrid, y para los mal pensados os confirmo que no los elegía por sus afinidades futbolísticas.

 

Ganábamos unos partidos, perdíamos otros, pero estábamos orgullosos de nuestro sentimiento. Unas temporadas estábamos más contentos y otras menos, pero era nuestro equipo. Éramos y nos sentíamos de un equipo por algo tan simple como haber nacido en una ciudad y por orgullo de lo nuestro. Algo natural. Naces en un sitio y tus padres son de un equipo. Te gusta el futbol y te toca el equipo que te toca, pero en la vida se nos hubiera ocurrido cambiar de equipo. Es simple y sencillo y no hay que darle más importancia. Se me puede ocurrir que no te guste el futbol pero no cambiar de equipo.

 

Esto es lo que ocurre en el Reino Unido, cuna del futbol y es lo que “debe ser”. Fidelidad a tus "colores". 

 

Volví a vivir a mi ciudad después de 21 años y todo ese sentimiento parece haber cambiado. Los niños llevan camisetas por la calle del Madrid o del Barça. Inaudito para mí. No puede ser solo porque el equipo lleve una mala racha. Los sentimientos no se cambian por cuatro años malos. ¿Qué está pasando? El sentimiento futbolero se parece al “territorial” o al”familiar”? ¿Se puede "ser" del Real Zaragoza pero sentirse del Real Madrid? ¿Se puede "ser" zaragozano y sentirte madrileño? ¿Se puede "ser" Gómez y sentirte Pérez?

 

Pocos piensan que todo ello sea posible. Sencillamente en el futbol se “es” de lo que se siente. ¿Dejas de "ser" zaragozano y Gómez y pasas a “ser” madrileño y Pérez?¿Y por qué se “es” de un equipo de futbol?

 

Como os he dicho por dos motivos: por haber nacido o vivido en la ciudad del equipo o por seguir la tradición familiar. Y no habría que darle más vueltas. Yo por lo menos así lo pensaba y así lo sentía. Cuando el futbol era de selecciones nuestro equipo era España, no Brasil que jugaba mejor.

 

¿Y por qué se siente un aficionado al futbol de un equipo diferente del que  se “es”? :

 

a)      ¿Por un elaborado estudio técnico de cualidades futbolísticas con el que se quiere premiar con su adhesión? ¿Sencillamente por apuntarte a “caballo ganador”?

Esto es curioso. Pensemos en muchos aficionados al futbol que defienden su “sentimiento” por  los equipos de siempre (Madrid y Barça) por el mero hecho de que “juegan mejor”. Si eso fuera así las adhesiones irían cambiando y todos los madridistas que se adscriben a esta postura deberían haberse pasado de forma inmediata a militar de forma activa en las filas del Barça porque, sin duda, jugaban, o juegan, mejor. Los españoles deberíamos haber dejado de sentirnos de este país y considerarnos alemanes, rusos o americanos. Deberíamos dejar de sentirnos Gómez y sentirnos de la familia de Alba o de la Ortega de Inditex, por poner dos ejemplos de éxito o de dinero. Deberíamos haber abandonado durante años a la selección española y convertirnos en seguidores acérrimos de los brasileños, argentinos, alemanes o italianos. Ahora sí, ahora podríamos ser incondicionales de la selección española porque juega bien, pero en cuanto este buen juego termine nos deberíamos “convertir” de nuevo a la selección  que esté de “moda”.

 

b)      ¿O tal vez cambiamos de equipo por un sentimiento romántico?

Desde mi punto de vista no tiene ningún romanticismo sentirte  de los fuertes y poderosos sino der los pequeños y luchadores. Igual estoy equivocado, pero cuando ves un deporte desde una posición neutral sueles mostrarte a favor del más débil. Por ello sería más lógico para quienes defienden la posición, llamémosla romántica, sentirte del Rayo, del Osasuna, del Numancia, del Zaragoza de los “Magníficos”, etc., pero no del Madrid y del Barça. ¿Dónde está el romanticismo de tener una plantilla superior e ir arrasando de forma prepotente,  comparado con salvarte en la última jornada al grito de  ¡SÍ SE PUEDE!!?

 

c)       ¿Cambiamos por estar hartos de perder y querer que nuestro equipo sea el mejor?

Posiblemente, pero entonces no nos gusta el futbol por lo que representa. Seríamos capaces de vender a nuestra madre. Sí, digo bien.

 

       

MADRE NO HAY MÁS QUE UNA.

 

 

Para mí el sentimiento por el futbol y por tu equipo, si de verdad sientes el futbol, es como el que sientes por una madre. Salvando las distancias, claro, pero parecido. Tu madre es la que te corresponde, no la eliges. A partir de ese momento desarrollas un sentimiento por ella de agradecimiento, de cariño, de admiración. Seguro que te hace enfadar muchas veces; seguro que hay días que no la entiendes, pero aún así es tu madre.

 

Pues bien, imaginemos que llegados a una edad conoces a la madre de tu amigo Manolo. La madre de Manolo es guapa a rabiar, bien vestida, elegante. Siempre que la ves está sonriente y, para mayor sufrimiento, nuestro amigo nos cuenta que le hace unos regalos impresionantes porque, por lo que parece, están forrados. Tu madre, la pobre, hace lo que puede. Trabaja en casa y fuera y, claro, por la noche está destrozada. Unas veces se arregla mejor y otras peor. Cuando está cansada nos echa unas broncas de aúpa y muchas de ellas sin razón. Pero sigue siendo nuestra madre.

 

Pues bien, guiados por ese espíritu utilitarista y práctico decidimos cambiar de madre. Le decimos a la nuestra que no estamos dispuestos a tener una madre feílla, con los “pibones” que hay por ahí. Que no,  que lo que nos gustan son los buenos regalos y la sonrisa permanente y que lo sentimos mucho pero que lo nuestro es el “glamour” y que ahí se queda, porque a partir de ese momento nuestra señora  madre es la del amigo Manolo. Vas al registro civil y te cambias de madre alegando que la mamá de Manolo es más guapa que la tuya.

 

Ridículo ¿verdad? Pues eso es lo que pienso yo de los que siendo de Zaragoza, de Málaga, de Palma de Mallorca o  de Oviedo….afirman que ellos son del Madrid o del Barça porque juegan muy bien y que el equipo de su tierra les deja indiferente.

 

¡Vende madres! Eso es lo que son, unos vende madres.

 

Nos estamos acostumbrando a cambiar nuestros valores y nuestras tradiciones con argumentos vacíos y utilitaristas. Prefiero mil veces a un tío de Zaragoza que me diga que pasa del futbol porque es una estupidez, y que además no siente nada por el equipo de su tierra, que a otro que me diga en igualdad de condiciones que es del Madrid porque juega muy bien. ¡Vete por ahí!

 

 

PAPÁ NOEL Y LOS REYES MAGOS . 

 

 

Consumimos falsedades porque nos lo dicen los medios de comunicación que son capaces de dirigir nuestros  deseos por encima de nuestros auténticos sentimientos.

 

No hay más que ver lo que ha pasado con los Reyes Magos. Si, si, con los Reyes Magos de Oriente; esos que nos traen regalos el maldito día 6 de Enero, ¡cuando los pobres niños ya no tienen casi  tiempo para jugar! Y  claro en las pelis americanas hartos de ver a San Nicolás (Santa Claus o “Santa”) que trae regalos el día 24 de diciembre. Pues nada, como nos ponen los dientes largos nos apuntamos a Santa Claus, pero mejor con el nombre francés de Papa Noël, que nos parece más fácil. Y que les den dos duros a nuestra tradición. Que en vez de camellos hubieran venido en avión desde Oriente y no tardaran tanto, que el 6 de Enero los niños ya no pueden esperar a jugar.

 

Sinceramente, y como os decía, prefiero a los padres que prescinden de tradiciones y el primer día de vacaciones les regalan a los niños los juguetes, pero sin Papa Noël ni nada, que a aquellos otros que por unos pocos días cambian las tradiciones de su cultura por otras ajenas con el argumento de que... así juegan mejor, perdón, quería decir que así tienen los niños más días para jugar.

 

Porque si nos apuntamos al cambio cultural por razones prácticas deberíamos estudiar bien y  concienzudamente las tradiciones mundiales y elegir lo más práctico y no lo primero que salga por la tele, cuando solo salen los mismos, los americanos.  Podríamos recurrir, por ejemplo, al Mago M´Bongoo, que trae los regalos a los niños en una tribu africana del Chad a principios del mes de julio. ¡No me negareis que no es ese el momento adecuado para que los niños tengan tiempo para jugar! ¡Todo el verano para jugar! Pero no, aquí no, aquí lo que sale en la tele y en las películas americanas. Lo que nos meten por la vista una vez tras otra. Por Papa Noël sacrificamos a los Reyes Magos, y solo por unos días de utilidad de unos juguetes …..

 

“No, nosotros no somos de los Reyes Magos, somos de Papá Noël porque así los niños tienen más tiempo para jugar” dicen los papás. Y quedan tan modernos estos padres.

Deberían decir: “No, nosotros sí somos de los Reyes Magos pero nos sentimos de Papá Noël”

“No, nosotros no somos del Real Zaragoza, somos del Madrid (o del Barça) porque así ganamos todos los domingos, no como vosotros, ¡pringaos!”

 

 Y quedan todos tan modernos y tan guays.

 

 

DINERO Y NEGOCIO POR SENTIMIENTOS.

 

 

Pero amigos que me leéis, no penséis que estas contradicciones y esta falta de sentimientos son fortuitas. Todo tiene una explicación. La gente realmente no es así. Quiere a sus madres, quiere a su familia, es feliz sintiéndose Pérez. Durante años ha sido fiel a la selección española cuando nos eliminaban solo con vernos aparecer, y aún así no nos hicimos italianos ni brasileños. Seguimos siendo de los Reyes Magos y el día de la cabalgata algo nos recome por dentro, por lo que acabamos llevando a los niños al tumulto ……y algo les dejamos de regalo ese infausto 6 de enero.

 

Por fuerza debemos seguir siendo del Real Zaragoza, del Mallorca, del Oviedo, del Murcia o del Valladolid aunque hayamos abrazado la fe madridista o culé. Estoy seguro de que tenemos sentimientos debajo de esa capa de utilitarismo y de modernidad. ¿Qué nos ha hecho cambiar? ¿Por qué han caído los más débiles?

 

El dinero. Esa es la explicación. El futbol es un gran y enorme negocio con mucho dinero en juego pero limitado. Para que me entendáis, se explica con el típico símil de la tarta, que el que la reparte se queda la mejor parte. El futbol empezó a cambiar el día que aparecieron las cadenas de televisión y el “famoso” dinero de la tele. Ese día alguien dio la orden de que ese dinero debería ser solo para “ellos,” o al menos “ellos” lo deberían tener asegurado.

 

La capacidad que tienen los medios de información para hacernos consumir lo que ellos decidan es irresistible. Crean expectación y consumo dónde no lo hay y de donde puede haberlo la duplican. Crean adhesiones donde no existían.

 

Alguien ha decidido que prácticamente toda la España futbolística sea de uno de los dos equipos principales de este país.  Del resto sobrevivirá el que aguante el tirón. Como el deseo de todos ellos será seguirles por la senda de la locura acabarán arruinándose, por lo que terminarán desapareciendo. La propia prensa local de esos equipos hará el juego sucio al “plan” criticando con fuerza a “su” equipo local por no estar a la altura de su “historia”. Si bajan a segunda estarán muertos ya que no podrán mantener el coste de plantillas diseñadas para intentar seguir el camino de los grandes.

 

Hablamos del poder financiero futbolístico, en la versión moderna del poder, esto es, económico y mediático: el reparto del dinero de la televisión por emitir los partidos de liga se hace en base a los criterios que interesan solo a dos equipos de tal forma que la consecuencia es que las diferencias pueden ser de 14 a 1. ¡¡¡Del 14 a 1!!! Por cada euro que se lleva el Levante, el Real Madrid se lleva 14. Sin contar con las ayudas públicas encubiertas que eso daría para dos libros. Como sabéis la UE ya está en ello y aquí como si oyéramos llover.

 

¿Y la parte mediática? La más vergonzosa, sin duda. Los telediarios de todas las cadenas de televisión se dividen en dos partes, las noticias, digamos que normales, y las noticias de deportes; bueno de deportes nada,  noticias del Real Madrid y del Barça.

 

Esto es para analizar. El código ético y deontológico de los medios de comunicación mide escrupulosamente el tiempo que dedican a cada uno de estos clubes. No solo eso, las “noticias” deben ser positivas y  de promoción “revalorizadora” de sus jugadores que justifique las incomprensibles inversiones que se realizan.

 

No es casual; esto pasa todos los días. Las únicas noticias son las que afectan a los dos equipos principales de la liga y serán todas positivas, creadoras de “mitos”, productoras de “fans”, marketing puro que produzca el consumo del producto madridista y culé.

 

 ¿Y los demás equipos? Se reparten entre todos el 10% del tiempo restante, sin la misma preocupación por la buena imagen de estos equipos: Paraguazo en Granada (allí deben ser unos “cafres”, pensará la gente), concurso de acreedores en Mallorca, en Zaragoza, en Sevilla (allí deben mucho dinero...seguirán pensando), cambio de entrenador el Betis que va muy mal (el equipo va mal, se reafirman los pensamientos....),esas son las noticias que interesan de los “pobres”.

 

Los ricos cada vez más ricos, los pobres cada vez más pobres. Unos con jugadores guapos y famosos, otros con desconocidos fichados por poco dinero y que no pueden oponer resistencia a las estrellas.

 

 

IMPERIALISMO, MARXISMO Y FÚTBOL

 

 

Ello nos lleva, al concepto de imperialismo futbolístico, que se explica partiendo del propio “capitalismo financiero”: el sistema de competencia tiende a desaparecer y ser sustituido por uno de monopolio favorecido por la llegada de importantes capitales provenientes de también importantes empresas financieras y canalizadas a través de las televisiones. Ello genera una imparable tendencia a la concentración, que implica, por un lado, la eliminación de la propia competencia, y, por otro, la destrucción de los equipos más débiles. La “organización” del futbol queda sometida a los intereses del capital, esto es, de las televisiones, formándose una trama que, a su vez, permea todas las estructuras de la Liga de Futbol Profesional y la Federación de Futbol, convertidos en meros gestores y administradores de esos intereses.

 

A fin de asegurarse mercados más amplios los imperialismos futbolísticos amplían sus fronteras económicas (la “Champions”), por lo que su máxima prioridad es garantizar estos ingresos.

 

 Pura explicación marxista al mundo del futbol. Increíble pero cierto, parece pensado para la ocasión.

 

Las victorias futbolísticas no son deportivas, son pura conquista colonizadora e imperialista que consiguen humillar al enemigo con la finalidad de hacerlos desaparecer, en un poder “militar” basado en el dinero y en los medios de comunicación, aliados habituales de los poderosos. Las ”palizas” no son demostración solo del mejor juego sino de la humillación basada en el poder económico y la connivencia con los medios de comunicación aliados de los poderosos.

 

En definitiva: revolución. Frente a la imposición del imperialismo futbolístico, insumisión.

La burbuja del futbol también ha estallado. Igual que la financiera y la inmobiliaria, porque beben de las mismas fuentes. Y al igual que estas solo saldrán indemnes los más fuertes. En nuestro futbol solo dos clubes. Para el resto es cuestión de tiempo; o los salvan o morirán.

 

UNA LIGA DE DOS Y BIPARTIDISMO

 

 

La historia del futbol había evolucionado desde los años 70 a una mayor democracia, en las que las clases bajas empezaron a tener una participación real, con posibilidades ciertas de conseguir logros hasta entonces prohibidos. Hasta ese momento el futbol consistía en “palizas” históricas de los grandes y algún club regional que plantaba cara a la nobleza balompédica. Hasta la primera década del siglo actual la liga española parecía competitiva pero la oligarquía financiera que domina el futbol había tendido una trampa a los clubes incautos. La alegría financiera del fácil dinero televisivo les hizo creer que podrían competir con los grandes, cuyos apoyos eran mucho mayores y con una estrategia de éxito ya diseñada. No solo dilapidaron el dinero en pocos años sino que arruinaron sus posibilidades de futuro, todo ello acompañado de gestores  propios de la política más corrupta.

 

En pocos años los grandes se han quedado prácticamente solos, convirtiendo la competición española en la más desigual e injusta, posiblemente, de Europa. Curiosamente los medios de comunicación se empeñan en que nadie lo note, calificándola como la mejor Liga del mundo. Una gran mentira entra mejor si se envuelve en varias verdades a medias.

 

Ello es falso; es una competición en la que se pasean tranquilamente dos de los mejores clubes del mundo y en la que solo uno de ellos llegará el primero a la meta dependiendo, de cuál de los dos “tropiece“  menos por el camino. El resto de los equipos son las piedras en las que pueden tropezar si un día salen a pasear despistados.

 

La Liga española representa todo lo que no admitiríamos en una “sociedad justa” y en la que, sin duda, no nos gustaría vivir por “bananera”: el que más tiene es el que más recibe, el que más tiene humilla a los que menos tienen, el que más tiene recibe todo el apoyo de los medios de comunicación y de los aficionados.

 

Adiós a una sociedad justa, equitativa y a un reparto justo de la riqueza. Adiós a la progresividad. El que más tiene más quiere.

 

 

 

 

 

 

En fin………….que yo no sé qué hago hablando de futbol si yo de lo que quería hablar era de política.

 

 Como ya he llegado hasta aquí me da pena borrar lo que he escrito por lo que aprovecharemos el tema.

 

Se me ha ocurrido haceros unas preguntas para saber si puedo “adoctrinar” con estos ocho folios futboleros:

 

1ª ¿Tenéis ideología política?

2ª  Si es así, ¿cuál es?

Sois:

-Fascistas

-Neonazis

-Tradicionalistas

-Conservadores católicos

-Liberales radicales

-Liberales conservadores

-Democristianos

-Social cristianos

-Social demócratas.

-Comunistas (trotskistas, leninistas, eurocomunistas)

-Anarquistas.

-Nacionalistas.

-Carlistas.

-Republicanos

3ª ¿El partido al que votas tiene algo que ver con tu ideología?

4ª Si el partido al que votas no tiene mucho que ver con tu ideología, o no tienes ideología, por qué le votas?

5ª  Con tal variedad de ideologías políticas, ¿por qué solo hay dos grandes partidos políticos?

 

Si al contestar  a estas preguntas algo te ha llamado la atención espero que este pequeño artículo te haya entretenido. ¿Te atrverás a votar a un partido político diferente al que te imponen y "ser" de verdad de lo que seas? 

 

 

 

 

 

 

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