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12 mayo 2013 7 12 /05 /mayo /2013 23:27

Todos tenemos una idea clara de la importancia de la salud en nuestra vida. Solo faltaría. Nos imaginamos o, mejor aún,  sabemos con certeza lo que debemos hacer para llevar una vida saludable y sana. Ello no quiere decir que lo cumplamos, desde luego, pero la idea la tenemos: hacer deporte, no fumar, alimentación sana…cuidarnos, en definitiva. Por eso, el hecho de que estemos habituados a pensar en que somos gente sana nos sitúa con frecuencia en  interesantes conversaciones con amigos y vecinos sobre nuestros secretos de belleza, bienestar y salud. Recurrimos a un “revolutum teórico-popular” que mezcla nuestras experiencias, los “trucos de la abuela” y lo que hemos leído en Internet. De ahí que a la automedicación solo exista un pequeño paso. Nos convertimos en una especie de brujos caseros o curanderos domiciliarios; opinamos de todo: corazón, psiquiatría, oftalmología, traumatología, y haciendo  furor hoy en día el fisioterapeuta amateur. 

 

Ahora bien, tontos no somos; a pesar de lo habituados que estamos a este tipo de comportamientos tenemos claro que nunca nos operará de apendicitis el vecino, por mucho que nos haya contado mil veces como le fue a él su operación, ni tampoco entraremos en discusiones técnicas con el oftalmólogo de la Seguridad Social que nos debe operar de cataratas. No le discutiremos si la técnica adecuada de la intervención es la que aplicará o justo la contraria. Sencillamente porque no tenemos ni idea, salvo que seamos médicos, claro, y aunque lo fuéramos puede que no sea nuestra especialidad y aunque  sí lo sea, y precisamente por ello, aún opinaríamos menos, porque como buenos profesionales, no abriríamos la boca hasta que estudiáramos el caso concreto del paciente a operar. Supongo que cuando uno sabe algo de los temas de los que habla, la prudencia deja de ser una virtud para ser una necesidad.

 

Por ello, y a pesar de nuestra impericia en las herramientas y técnicas que se emplean en hacer de la salud y de la medicina una técnica compleja, hay algo que nos sigue impulsando a sentirnos vinculados a sus resultados y opinar siempre de sus consecuencias, como si las conociéramos. Bastará que los resultados de la operación de cataratas no sean los esperados para que no dudemos en expresar aquello de que “eso ya te lo podías imaginar”. Puede ser hasta normal cuando el  que sufre las consecuencias eres tú, pero no deja de ser curioso que sigas mostrando tu opinión, nada docta por cierto, cuando las consecuencias las sufre un tercero.

 

Si nos paramos a pensar en tan curiosa forma de actuar, llegamos a la conclusión de que, muy al contrario, nunca opinamos con la misma contundencia sobre otras materias complejas pero diferentes, como, por ejemplo, la ingeniería de caminos; sobre como construir un puente en la autopista con ocho carriles y un desnivel de 300 metros se nos come la lengua el gato y, desde luego, si algún día el puente se cayera por defectos en su construcción tendremos claro que con la boca cerrada estamos más guapos, porque de eso…ni idea; no podemos opinar de lo que no conocemos. Ahí lo tenemos claro.

 

Curiosamente la medicina puede ser tan compleja como la ingeniería, lo sabemos cuando nos sometemos a sus especialistas y no a curanderos, pero nos sentimos mucho más cercanos a las opiniones médicas, aunque sea sobre técnicas que desconocemos. Supongo que ello se debe a que la salud forma parte de la esencia del individuo, de aquello que consideramos fundamental en nuestra existencia, y la ingeniería de caminos, sin duda, no lo es.


LA JUSTICIA Y LO JUSTO.

 

Con la Justicia pasa lo mismo. El concepto de “lo justo” forma parte  igualmente de la esencia del individuo. Desde que el hombre vive en comunidad la idea de que cada uno reciba lo que le corresponde es inherente a su persona, y  no solo con respecto a unas normas de convivencia con los demás, sino incluso a su propio comportamiento ético. Justicia y ética son las dos caras de la misma moneda. Pero como con la medicina y la ingeniería, la construcción de lo que es justo para cada caso concreto es verdaderamente compleja, y más en una sociedad  poliédrica como es la nuestra. Más de dos mil años de creación de conceptos jurídicos, normas, leyes y procedimientos hacen de la Justicia un concepto con una técnica de aplicación tan oscura para el profano como la ingeniería.

 

Pero al igual que con la medicina, hay algo que nos hace sentirla cercana, “opinable”, nuestra. Como con ella, las opiniones siempre se basan en lo que percibimos en relación al resultado final y a la composición mental que hacemos de lo que esperamos con respecto a aquel. Opinamos sin saber, sin conocer las normas, los procedimientos, los antecedentes; sin conocer el caso concreto…pero opinamos igual, a pesar de nuestra ignorancia porque todos tenemos una idea clara de lo que debe decir la Justicia.

 

¿Y por qué la tenemos? Sin duda porque no somos neutrales y cuanto más parciales somos más esperamos de la Justicia y cuanto más se aleja de nuestra parcialidad el resultado final más “injusta” nos parece la Justicia. Ello quiere decir que cuanto más nos alejamos nosotros más lejanos nos parecen sus resultados, posiblemente porque esta es, curiosamente, más justa.

 

¿Y por qué nos volvemos parciales? Sin duda porque en muchas ocasiones tenemos intereses personales en sus resultados, lo cual es lógico en los temas que nos afectan directamente, o lo que es más complicado de entender, porque “alguien” nos ha convencido previamente de lo que es justo. Estamos predispuestos a la convicción por terceros e incluso a la manipulación. Esperamos como justo lo que otros nos han convencido de que lo es. Y este es el problema, la parcialidad por manipulación. Políticos y medios de comunicación saben hacerlo bien cuando quieren.

 

La virtud de un juez no es solo conocer, saber y aplicar un sinfín de normas complejas y procedimientos laberínticos, no;  es la profesionalidad en la independencia y la imparcialidad en la decisión lo que le convierte en una persona justa. Una persona que puede aplicar unas normas que, al fin y al cabo, buscan precisamente eso, la justicia material, y que solo son posibles si quien las aplica lo hace con independencia de juicios previos y manipulaciones; con la imparcialidad de quien no tiene interés en el resultado final.

 

A pesar de ello, de su conocimiento técnico general, de su capacidad para ser imparciales y del detallado estudio al que someten el caso que juzgan, los jueces y la Justicia suelen ser objeto de críticas de forma habitual por quienes, al contrario, sí tienen intereses en el resultado final, no siempre conocen la normas que critican y suelen actuar de forma intencionada como manipuladores del “sentir popular”. Pero así es, nada hay que decir. La justicia, como la salud, forma parte de nuestra esencia. Conozcamos o no los caminos para conseguirlas siempre opinaremos de ellas.

 

JUSTICIA IGUAL PARA TODOS.

 

Con esa idea de opinar de lo que no conocemos, quiero traer a estas líneas el asunto que ha ocupado las páginas de los periódicos estos últimos días. Parece haberse convertido en el paradigma de lo que debería ser la “justicia igual para todos”. No hace falta que os explique los antecedentes para que sepáis de qué estamos hablando: por primera vez un miembro de la familia real podría ser imputado por la comisión de un delito.

 

¿Qué pretendemos decir y qué pretendemos que ocurra cuando hablamos de que la Justicia sea igual para todos en un asunto como este? Pues no lo sé que pretende quien lo diga, pero eso es imposible. No puede ser igual para todos cuando las circunstancias que rodean un asunto como este no son iguales que las del resto. Para que lo fueran no deberíamos estar pendientes de su resultado, no conoceríamos al juez que instruye, al abogado que defiende, a los imputados, no se les esperaría para insultarlos, nadie escribiría sobre el tema, ni opinarían los tertulianos televisivos. Nos sería absolutamente indiferente, exactamente igual que los miles de casos jurídicos que se resuelven cada año. Pero ocurre todo lo contrario; no hay medio de comunicación que no esté pendiente de cualquier noticia que pueda producirse e informe detalladamente al respecto dando su opinión, unas veces parcial y otras menos. Si el presupuesto de partida no es el mismo difícilmente podemos pedir igualdad en el resultado. ¿O sí?

 

Supongo que para un juez debe ser difícil sustraerse a la responsabilidad de sus decisiones cuando todos están esperando el resultado para criticarlo de una manera u otra. Parece claro que no deja de ser un contrasentido pedir igualdad de trato a los demás cuando tú mismo como espectador no vas a tratar el resultado con la misma igualdad que al resto de asuntos parecidos a este, entre otras cosas porque los ignoras. Desconoces completamente cuáles fueron los resultados a los que esperas que se asemeje el que estás predispuesto a opinar pero no te duelen prendas en considerarlo “injusto” si así lo lees en la prensa. ¿Injusto frente a lo que ignoras que es justo?

 

JUSTICIA SIN TRATO DE FAVOR.

 

Por lo tanto, no deberíamos pedir igualdad a lo que no tratamos igual. Realmente lo que debemos pedir es otra cosa: un trato  no favorable. Que nadie se pueda favorecer por su apellido o por su posición institucional de unas ventajas procesales y materiales que sean excepcionales para los demás parece una exigencia natural al concepto de lo justo. Y de eso precisamente es de lo que debería tratar el análisis que hagamos de este caso. De no beneficiar a quien no debe ser beneficiado.

 

El problema nos llevaría al primer planteamiento que os he ofrecido. ¿Estamos en situación de opinar sobre temas complejos que desconocemos en toda su extensión? Si hablamos de Justicia nuestra tendencia sería a opinar en todo caso, pero estaría bien hacerlo con un mínimo conocimiento de los hechos y desprovistos de ideas preconcebidas o elaboradas por otros. En caso contrario nos colocaríamos como “opinadores” injustos y parciales, exactamente en la misma posición que lo que pretendemos criticar.

 

No sé si es bueno o malo, y si ello incumple las normas de la intimidad procesal, pero en asuntos como estos prácticamente todas las decisiones judiciales aparecen íntegras en las páginas web de los medios de prensa, lo que no deja de ser otra excepcionalidad para la presunta igualdad de trato que pretendemos, pero sin duda permite a los ciudadanos que quieran molestarse en poder tener una mejor opinión del asunto poder valorar el posible trato de favor.

 

Desde estas premisas, y como mero ejercicio ciudadano de opinar de aquello que puede ser de interés social y político, reconociendo en todo caso las limitaciones en el juicio que todos debemos valorarnos previamente, os daré mi opinión sobre el asunto que nos ocupa.

 

UNA OPINIÓN.

 

No dejan de ser opinables situaciones específicas que se han dado en este asunto y que podrían alejarle de lo que suele ser habitual: una tardía imputación se acompaña de un recurso del fiscal a un auto de un juez. Ni una cosa ni otra parecen formar parte de las rutinas habituales, pero para criticarlas se necesita un conocimiento de los hechos que no está a nuestro alcance. Una imputación no apresurada pero en su momento, anterior al actual, no debería haber sido acompañada de un recurso del fiscal. Esto visto desde fuera parece fácil de escribir pero cuando profesionales como los que nos ocupan adoptan las decisiones que adoptan siempre suelen ir acompañadas de motivos de peso. No me cabe duda de que así habrá sido.

 

En el conocimiento que podemos tener por los medios de comunicación del asunto la imputación podría parecer prudente para evitar sospechas de parcialidad, pero de la misma forma podría entenderse lo contrario, que el hecho de querer asegurar la imparcialidad y evitar el trato de favor supusiera precisamente lo contrario, un peor trato que en supuestos similares. Suele ser habitual que cuanto más pendiente estén de tus decisiones más dudes de cuáles deben ser estas y de la interpretación que puedan hacer de ellas los demás.

 

En estas circunstancias la decisión reciente de la Audiencia Provincial de Baleares me parece una pieza jurídica de gran valor y que posiblemente no haya sido entendida correctamente. Creo que pone su máximo interés en asegurar un trato imparcialidad después de un análisis exhaustivo del asunto que conoce. Lo digo porque los que han tomado partido por la imputación, supongo que entendiendo que lo contrario era un trato de favor, la han criticado duramente olvidando o desconociendo  que en su contenido se hacía una ferviente defensa de la igualdad de trato y precisamente por ello  consideraba que, de ser imputada, lo debía ser por unos delitos que, en principio, no habían sido considerados en el auto del Juez. Creo que de ser yo la persona a imputar me preocuparía más un auto como este que el que pretendían los partidarios del simple sí a la imputación propuesta.

 

Me ha llamado la atención que los Magistrados no han seguido el camino más fácil, imputar o suspender esta sin más, sino que tras elaborar  un minucioso examen de todos los delitos posibles y de sus consecuencias han encontrado el camino que consideran adecuado para una imputación con visos de convertirse en acusación. Los partidarios de la imputación deberían estar contentos con la decisión, curiosamente al contrario de lo que se ha transmitido. La Audiencia ha cerrado una pequeña puerta y ha abierto una gran ventana, posiblemente una ventana indiscreta

 

Digo indiscreta porque lo que manifiesta la Audiencia es, más o menos, lo siguiente: si quien ha generado o "producido" el dinero es él, delito fiscal de él; si quienes han generado ese dinero son los dos: posiblemente delito fiscal de los dos; si quienes han escondido el "dinero sucio" que procedía de otro delito previo -malversación- con conocimiento de ello, son los dos: delito de blanqueo de capitales de los dos. Todo queda en manos de las pruebas que aporte el juez instructor. ¿Parece una mala decisión y un juicio incorrecto por parte de la Audiencia? A mí, no me lo parece; todo lo contrario.

 

Desde luego como ciudadano “opinador” tienen mi reconocimiento y posiblemente deberían tener también el del juez instructor y el del fiscal, que después de este auto se deberían sentir obligados a situarse en el  lugar donde se encontraban hasta hace poco: en el mismo barco.

 

Creo que este auto judicial ha hecho más por la "Justicia" que lo que la mayoría de medios de comunicación están transmitiendo.  Si no estáis de acuerdo con mi valoración estoy dispuesto a debatirlo, pero os agredecería que leyeráis antes su contenido. Así podréis apreciar lo que os parezca parcial:


http://estaticos.elmundo.es/documentos/2013/05/07/auto_infanta.pdf

 

Opinar con conocimiento convierte a la Democracía en un sistema político de verdadera participación y no en el paraíso de los demagogos.

 

 

 

 

 

 

 

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17 abril 2013 3 17 /04 /abril /2013 01:08

Pero vamos a ver… ¿Durante cuánto tiempo han decidido mantener el engaño? ¿Ni la situación que vivimos les hace pensar que algo debe cambiar?

 

No sé cual es vuestro parecer pero en mi opinión, y en el mejor de los casos, la democracia que tenemos convierte a nuestros gobernantes en meros “elegidos” pero nunca en verdaderos “representantes” de los que les elegimos. Eso sería  un título demasiado preciado para los que en pocas ocasiones piensan en los intereses de los que les votan. No es un problema de personas sino del sistema. Realmente da igual el título que les pongamos; todos tenemos demasiado trabajo,  estamos demasiado cansados, o incluso tenemos que ver el futbol por la tele, antes de detenernos en pensar en ello. La política nos aburre y por lo tanto no perdamos mucho el tiempo con ella.

Pero claro, de tanto no pensar ocurre que te engañan una y otra vez y sin remordimientos. Sin remordimientos digo porque solo los tendrían si nos vieran sufrir. ¿Pero quién sufre porque le mienta un político? Nadie. Ya lo sabemos;  es lo que se espera, por lo que ni nos molestamos en conocer en qué nos están engañando.

Dile tú al vecino que vaya a la reunión de la Comunidad  de tu vivienda y que vote por ti a favor del cambio de ascensor. Entérate después que ha hecho justo lo contrario. No hablarás de otra cosa, le retirarás la palabra y verás lo bien que argumentas sobre qué supone ser tu representante y el perjuicio que te ha causado la mentira impune ante el encargo recibido. Pero en política da igual, tú los eliges pero, en el fondo, no te representan. Al fin y al cabo ellos “solo” se encargan…  de todo lo que te rodea y del futuro de tus hijos.

Realmente así les va bien a ellos y a ti mejor. Ellos las manos libres y tú  te libras de ellos. Siempre podrás pensar que todo en la política es una vergüenza, comentario común entre cañita y cañita o más amargamente en la cola del paro. Pero también te puedo decir con seguridad que si lo piensas así ya lo has pensado tarde. Te han tomado la delantera. De tu dejadez ellos ya han sacado su beneficio.

Siempre hay políticos con buen corazón que podrían sufrir intuyendo que esperábamos algo más de ellos y que, tal vez, algún día se lo podríamos reprochar. No os preocupéis, de verdad, tranquilos, ya sabemos que vais a hacer lo que queráis. No padezcáis, es cierto que os elegimos pero tampoco nos sentimos representados por vosotros. Haced lo que os apetezca.

Todo iría bien si no fuera por esta molestia de las elecciones y esa manía de preguntarle a la gente cada cuatro años si les parecen bien que sigan los que están o si “ponen” a los otros. Eso sí que es un problema porque siempre hay gente, ciudadanos interesados y confiados, que se toman molestias y hay que inventarse un programa electoral para que se hagan una idea de lo que nos gusta aparentar, eso que antes llamaban “ideología”. Y ahí está el problema: mentira tras mentira terminan por afrentarnos.

La democracia es un plato exquisito en el menú de las formas de gobierno. Solo es apto para paladares exigentes que saben valorarla y que, sobre todo, han sido educados para apreciarla. Supongo que por eso nos sirven sucedáneos cocinados por chefs pretenciosos que no dudan en darnos gato por liebre y nosotros nos la comemos. La educación para la libertad implica esfuerzo y compromiso y eso, en los asuntos generales, en los del  gobierno de todos, son pocos los que la tienen.

La libertad se manipula y sobre todo se engaña.

Yo con la última estoy indignado. Os copio la información periodística:

 

Recetas Rubalcaba: Las propuestas fiscales del PSOE para salir de la crisis

Quiere suprimir las exenciones del IVA a la sanidad y a la educación privadas

Propone fortalecer la figura de delito fiscal y los mecanismos de excepción de la Agencia Tributaria

(En referencia al sistema tributario español)…se trata de un sistema "absolutamente injusto y desigual", que "no ha sido capaz de hacer frente a la deriva de desigualdad a la que nos ha abocado este sistema", por lo que el PSOE ha apostado por una "reforma" del sistema fiscal. 

Una reforma basada en una serie de medidas que pasan por igualar los tipos impositivos de rentas de trabajo y de capital; revisar las deducciones fiscales regresivas del IRPF; incrementar la progresividad en impuestos de sociedades, o aumentar la contribución del sector financiero con dos nuevos impuestos, uno a los pasivos y otro a las retribuciones variables.

Además, el PSOE propone "establecer un mínimo homogéneo" del impuesto de donaciones y sucesiones en todas las comunidades autónomas; ha insistido en considerar "fundamental" empeñarse en la lucha contra el fraude fiscal "de una manera seria", y ha apostado por los 'impuestos verdes', "para la sostenibilidad medioambiental y la nueva economía en la que tiene que empeñarse España".

El PSOE propondrá suprimir las exenciones del IVA a la sanidad y a la educación privada, bajar este impuesto en cultura y en productos higiénicos básicos, y luchar contra el fraude "fortaleciendo la figura de delito fiscal y los mecanismos de excepción de la Agencia Tributaria".

 

 

Es impresionante. ¿Te engañan o se ríen de ti?

Esto lo está proponiendo el PSOE, partido que ha gobernado en este país durante más de 20 años (1982-1996 y 2004-2011) y es uno de los dos responsables directos de la degeneración del sistema tributario que actualmente padecemos. Hablan de la política fiscal como si no fuera con ellos, como si fuera algo creado por la fuerzas del capital para explotar a la clase trabajadora. Se les da de maravilla esta situación cuando están en la oposición. Dejan una fiscalidad propia del gobierno más conservador, de derechas y neoliberal que te puedas imaginar y parece que no va con ellos, que los responsables de esa fiscalidad de derechas es el PP. Pues no, son ellos, además de los otros.

El IRPF es un impuesto tremendamente injusto con las rentas del trabajo, en primer lugar, tremendamente injusto con las rentas empresariales a continuación y vergonzosamente favorecedor, por comparación, con las rentas del capital mobiliario y las de la especulación. Estas últimas han sido favorecidas de forma descarada en los años de gobierno PSOE, y no digo socialista. Lo que ahora dicen que se proponen cambiar es el producto de sus propias reformas y de aquellas del PP que durante sus  últimos ocho años dieron por buenas, no modificándolas o agravándolas.

El IRPF más justo, progresivo y general fue el que se aprobó en 1978, cuando se creó por primera vez por la Reforma Fiscal del ministro Sr. Fernández Ordoñez. A partir de ese momento se inició la carrera por la regresividad y la desigualdad fiscal que compartieron un partido u otro. No lo digo yo, lo dicen ellos  mismos en su crítica a lo que es su propia obra. La diferencia es que no  se “acuerdan”  de quienes son los padres de esta criatura putativa.

Los pelotazos inmobiliarios generados en menos de un año, fueran del importe que fueran, pagaban un porcentaje  inferior del impuesto que el que pagaba un trabajador que apenas ganara 30.000 euros al año; sentarte a mirar como crecían los intereses de los fondos de inversión o de los locales alquilados era mejor tratado fiscalmente que partirte la espalda trabajando o abrir todos los días la tienda…y así sucesivamente. A ninguno se le ha ocurrido eximir de tributación a los trabajadores que percibieran menos de 35.000 euros y gravar al 35% las rentas del capital mobiliario cuando estas sobrepasaran los mismos 35.000 euros.

En pocas materias ha existido mayor grado de complacencia y coincidencia con las políticas del partido contrario como en la tributaria. La unanimidad ha sido total, lo que supone un mayor  “mérito” del PSOE, por decirlo de alguna manera, ya que han sido ellos los que han renunciado a sus teóricas convicciones ideológicas para aceptar las de sus rivales.

Difícilmente alguien puede creer que el PSOE sea un partido mínimamente socialista en lo económico -precisamente en aquello que más sentido tiene mantener el arco ideológico “de izquierdas y derechas”-  porque su política fiscal ha sido claramente favorecedora de los que más tienen en perjuicio de los que menos porque estos son más y lo que no paga uno lo debe hacer otro. Es más fácil hacer pagar a muchos que tienen poco que a pocos que tiene mucho

Nada tendrán que reprocharle las grandes organizaciones empresariales y muy especialmente las multinacionales que duermen tranquilas cuando ellos gobiernan. Nunca se habían aprobado normas tan propicias para las grandes empresas como hasta que gobernaron estos socialistas de diseño: son los responsables de la libertad de amortización sin mantenimiento de empleo, del favorecimiento de que la deslocalización de las empresas españolas financiándolo con nuestros impuestos, de las SICAV, de las empresas holding de tenencia de valores extranjeros,…entre otras normas similares que aceptaron o crearon.

Todas ellas sirvieron para que las grandes empresas pagaran cada vez menos siempre amparadas en regímenes especiales y normas específicas que supusieron en el periodo de 2008 a 2010 la caída de ingresos más importante que jamás se haya producido y que hoy estamos pagando entre todos, recorte tras recorte.

El que ahora llaman “Impuesto de la Riqueza” es un nuevo ejercicio de distracción. Un engaño sutil, de los que gustan a los políticos: vamos a crear un impuesto para los ricos, dicen orgullosos de engañar a los ciegos. Este motivo de regocijo no es otro que el “viejo” Impuesto de Patrimonio, revestido de eufemismo y de propaganda; aquel  que antes de suprimirlo ellos mismos permitieron que se vaciara de contenido, eximiendo del mismo a las grandes fortunas y a sus empresas “familiares”. Se creó en 1978 y lo han ido desmontando entre unos y otros. Nunca se llamó Impuesto de la Riqueza. Cuando vieron que había que hacer ejercicio de progresismo, de falsa izquierda, y ya a la desesperada en los últimos meses de su último gobierno, lo rescataron, le cambiaron de nombre en los mítines y le llamaron “Impuesto de la Riqueza” aunque solo lo pagaban las clases medias. Vuelven a la carga con él: ahora sí que se lo tragan, presumen.

Insisten con más ideas de apariencia progre: dos nuevos impuestos al sector financiero uno a los pasivos y otro a los activos. No me lo creo. No lo hicieron cuando más dinero había y gobernaban y lo proponen ahora cuando el dinero brilla por su ausencia y no gobiernan. Al sector financiero no le ha tosido ningún gobierno de esta país y la fiscalidad de los productos financieros es la más favorable posible, por lo que dudo de sus intenciones que se desvanecerían al día siguiente de ganar las elecciones si así ocurriera. Como siempre, que eso de ser de izquierdas y del PSOE es fácil en la oposición pero imposible en el gobierno.

Nota aparte merece el desbarajuste que permitieron como gobierno central por su falta de rigor y de autoridad con las Comunidades Autónomas y la carrera emprendida por estas para librar a sus burguesías locales del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Barruntando la crisis, las mismas Comunidades Autónomas que hoy buscan financiación y encuentran recortes suprimieron un Impuesto de su competencia normativa despreciando unos ingresos públicos que hoy se echan de menos.  El PSOE no solo lo permitió sino que se apuntó a la brillante idea de los dirigentes del PP autodenominados “neoliberales” como los de la autonomía de Madrid, demostrando que la línea que separa ambos partidos es tan estrecha como nos imaginábamos. Hoy se dan cuenta de su error sin reconocerlo y proponen un mínimo homogéneo de este Impuesto. Si se les hubiera ocurrido cuando gobernaban nos habríamos evitado algún recorte en sanidad o educación.

Dejo para el final lo mejor porque lo que proponen de los “impuestos verdes” no me merece mayor consideración y no deja de ser como de chiste malo, supongo que, para no abusar del humor fácil, cambiando el color del mismo. Lo mejor, como digo, es su apuesta por la lucha contra el fraude de “una manera seria”. Como ellos mismos reconocen la lucha contra el fraude debía ser hasta ahora de broma. Pero si esta es la idea que tiene de la lucha contra el fraude...¿ por qué no han hecho nada para evitarlo durante los últimos ocho años?

En mi opinión su apuesta por la lucha contra el fraude en 2004 era cierta y seria, mucho más que la del gobierno actual, pero se desvaneció de forma inmediata enterrando la esperanza de muchos profesionales que creyeron en ella. En 2008 hablar de lucha contra el fraude estaba casi prohibido. Los planes de prevención contra el fraude quedaron en papel mojado y las leyes que se aprobaron en 2006 no tuvieron ninguna incidencia. Como todos los demás gobiernos anteriores y posteriores no se apostó por una correcta dimensión de los medios humanos de la Agencia Tributaria. Esta nació con 27.000 efectivos en 1992 con un PIB y un número de sociedades y operadores económicos varias veces inferior al que ahora tenemos pero los efectivos permanecen inalterables salvo por el inicio de su decadencia. Francia cuenta con más de 125.000 efectivos.

Un partido que ha gobernado este país durante más de 20 años en los últimos 30 dice que se propone luchar con seriedad contra el fraude fiscal. Estoy deseando saber, antes de qué nos expliquen su propuesta, porque no lo hizo con anterioridad y quien se lo prohibió.

Queridos amigos, lo que la verdad esconde es la mentira. A estas alturas de la historia de este país no deberíamos permitir que nos inunden de mentiras, una tras otra. En mi modesta opinión solo nos queda dos cosas muy sencillitas por hacer, casi igual de importantes la una que la otra pero básicas para mantener un mínimo de dignidad.Consiste en hacerles llegar dos mensajitos muy claros:  

1º) no me  creo nada de lo que me contéis 

2º )no os voy a votar por mentirosos.


Os lo recomiendo, se queda uno muy bien.

 

 

 

 

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15 marzo 2013 5 15 /03 /marzo /2013 23:27

INTRODUCCION (PARA DESPISTAR).

 

¡Mira que nos lo pasamos bien! Es bien triste la situación política de nuestro país, pero…oye…le coges el puntillo y creo que hasta nos divertimos. Imaginaros a esos pobres noruegos o suecos, siempre sirviéndonos de ejemplo para todo  y lo que se deben aburrir con esas  noticias tan “normalitas” que tienen ellos, sin nada propio e interesante que contar, salvo, eso sí, que se aficionen a lo nuestro, a la política española, cual telenovela latina, y se lo pasen bomba con el mal ajeno. Tienen para entretenerse.

 

Ahora bien, tened en cuenta que esa gente no es como nosotros, de eso nada. No saben cogerle ese tono crítico a las cosas y prefieren ver su lado bueno,  ese que nuestra mala leche racial nos impide apreciar en todo su esplendor. Sin ir más lejos, leí hace poco que en una encuesta sociológica les preguntaron a unos señores noruegos, en plan contrapunto aleccionador, qué les parecía eso de que los jóvenes en España permanecieran tanto tiempo en casa de sus padres a la sopa boba… ¿Y qué creéis que contestaron? ¿Qué eran unos vagos? ¡Pues no! Que los españoles eran más familiares que ellos,  que las familias en nuestro país eran más amorosas y por eso nos gustaba vivir más tiempo juntos. A ellos les encantaría que en Noruega ocurriera lo mismo y no despachar de su casa a los hijos a los 18 años. ¿No es enternecedor encontrar  el ejemplo siempre en los demás? Imaginaros lo que hubiéramos opinado en este país sobre nosotros mismos.

Volviendo a lo nuestro, a la triste actualidad diaria después de esta pequeña disgregación, esta nos da ejemplos más que de sobra para  seguir “pasándolo bien” y reflexionar sobre nuestra patética situación política y el concepto que tienen de la misma los que se dedican de forma profesional a ella.

 

LA ANÉCDOTA.

 

Un alcalde del PP es condenado penalmente por acosar sexualmente a una señora, concejal de su mismo Ayuntamiento por más señas. No le quedó más remedio que dimitir cuando fue condenado por ello,  pero lejos de retirarse, porque la ejemplaridad moral de los políticos debería ser siempre un referente para los ciudadanos a los que acuden a solicitarles el voto, continuó en la sombra manejando las riendas del partido al que pertenecía, ya que su segundo y hombre de confianza  fue elegido como  su sustituto, y por lo que se ve ejercía de marioneta del primero.

Al llegar el momento de presentarse a las nuevas elecciones el ex alcalde condenado, ni corto ni perezoso, solicitó presentarse nuevamente como cabeza de lista de su partido, que para eso era él el que mandaba de verdad y a la gente no hay que engañarla, con aparente “sentido común” visto desde ese punto de vista.

En algún sitio debieron pensar que tanta sinceridad  y “sentido común” no quedaba demasiado bien y que casi que mejor  seguir engañando a los votantes ,como hasta ese momento, y que lo más sensato era que  figurara otro…  porque lo de estar en la sombra vale, pero eso de ser cabeza de lista no sintonizaba lo suficiente con los antecedentes penales.

No hay problema, debió pensar el ex ante la negativa, se crea un nuevo partido y estos se van a enterar de lo que vale un peine por despreciarme de esta forma. El  ínclito llevaba muchos años haciendo “favores” y siempre habría amiguetes y estómagos agradecidos que le votarían; seguro que para un “partidillo bisagra” sería más que suficiente. Por lo que se ve, estos, los estómagos agradecidos, eran bastantes (las personas normales no votan a acosadores condenados) y el nuevo partido obtuvo 6.000 votos y cinco concejales. Ahí es nada.  Si Jesús Gil obtenía mayorías en Marbella, nada hay de extraño en los resultados.

Ahí te quería yo ver después de las elecciones municipales… se lo  puesieron como el huevo de Colón. El Partido Popular en mayoría relativa, gobernando pero, eso sí, en manos de la voluntad del  partidillo político del ex alcalde. Su esperanza, la del PP, debía ser que el PSOE -que le dijo de todo al ex cuando le condenaron- no tuviera la desvergüenza de querer hacerse con el poder con la ayuda del condenado y los suyos…

 ¿Qué no tuviera la desvergüenza? Vamos, eso no se ha escrito en la política profesional de nuestro país. Aquí de timidez nada; nadie tiene vergüenza, son unos auténticos sin-vergüenzas.

Y para qué quieres más, si el PSOE nos lo pone así de fácil ya no le vamos a dar más vueltas, presentamos una moción de censura y nos hacemos con el poder compartiéndolo con ellos. Aunque no sea muy ético  todo consiste en explicarlo bien: los socialistas  podrán decir que la situación era desesperada -que seguro que lo era-… que el Ayuntamiento había estado en manos de la derecha…  que, por supuesto, se había convertido en un nido de corrupción… y  claro… para eso nos hemos hecho con el poder.

El “ligero” problemilla  sobre el que tal vez no habían reflexionado lo suficiente era que para solucionar la  situación pactaban con los mismos que la crearon y además poniéndote a sus pies. Es decir, el nuevo alcalde socialista solo lo sería porque el acosador y los suyos se lo permitían y hasta que dejaran de permitírselo.

Esto que tú, estimado lector, entiendes perfectamente y no aceptarías nunca si fuera una decisión que te afectara personalmente, es expresamente autorizado por la Dirección Nacional del PSOE. Permiten que el PSOE presente una moción de censura para arrebatar al Ayuntamiento al partido más votado, el PP, contando para ello con el apoyo del ex alcalde condenado y sus secuaces, quedando a partir de ese momento literalmente en sus manos.  Impresionante. ¿Y cómo puede ser? Para nuestros dos partidos políticos de cabecera la ética tiene un valor relativo y siempre supeditado al ejercicio del poder que les permite cumplir con sus compromisos económicos con los grupos que les sostienen, aquí y en Ponferrada.

Y claro… se arma la marimorena porque los señores del PP se escandalizan por perder el trono, aunque sin duda ellos hubieran hecho lo mismo como siempre que han podido. Los del PSOE se dan cuenta  de que por ganar un trono han perdido un reino, el de la credibilidad, y quieren dar marcha atrás, obligando a los concejales golpistas a que devuelvan el cetro. El mejor argumento que se les ocurre para mantener un mínimo de dignidad es que no se puede gobernar junto con un violento de género. Los demás argumentos, los que a ti sí se te ocurren, a ellos no les valen, especialmente el de la simple ética política, porque entonces deberían dimitir de no sé cuantos sitios más.

¿Devolver el  cetro, me dices? El nuevo alcalde  no devuelve ni los buenos días; una vez que se ha sentado en la silla no hay marcha atrás, como buen político que se precie. Y aquí empieza lo bueno…

Digo que empieza lo “bueno” porque justamente es al revés, empieza lo malo, y refleja, en ese arrebato de supuesta honestidad, el concepto de lo que es la democracia representativa para estos partidos políticos y el desprecio a las reglas del juego de la misma. La Dirección Nacional del PSOE les ordena a los sediciosos a que elijan entre dos alternativas a cual más atractiva: o  abandonan el partido o devuelven el poder.

Por supuesto que la opción está clara para los profesionales de la política. El poder genera beneficios y no se renuncia a él bajo ningún concepto y menos gratis. Así que adiós PSOE, por mí  te puedes quedar ahí, al fin y al cabo lo único que pretendíamos era vivir de la política y que un partido nos diera cobertura, una vez conseguido os podéis quedar con vuestras siglas…me dan igual unos que otros.

 

LA FILOSOFÍA.

 

Sin duda este es  uno de los ejemplos más claros de lo que supone el ejercicio de la partitocracia y  del rechazo a la esencia de la democracia electiva y parlamentaria; pero posiblemente no por lo que estéis pensando, sino por todo lo contrario. Os explico mi punto de vista.

La democracia admite muchas formas de ejercicio y  una de las menos participativas, o menos democráticas, valga esta antinomia, es precisamente la electiva en la medida que limita el poder del elector a la simple elección del candidato.

Una vez elegido este, un conjunto de reglas sirven para regular la formación de la voluntad de los Órganos de Representantes (Asambleas o Parlamentos), denominándose de forma genérica  a estos sistemas democráticos con el nombre de Democracias Parlamentarias.

De ella forman parte todas las normas que sirven para regular el funcionamiento de las Asambleas de Representantes, para ordenar sus mayorías y minorías,  las mociones de censura y las cuestiones de confianza. En definitiva, todas las herramientas clásicas que conforman el sistema de elección de gobiernos o alcaldes y sirven para aprobar  leyes  u ordenanzas municipales en Parlamentos y Ayuntamientos.

Estas normas son históricas, datan desde los inicios del parlamentarismo clásico británico y son anteriores a la existencia de los propios partidos políticos. En los inicios de la democracia parlamentaria los candidatos eran elegidos por su valía personal basada en el conocimiento entre candidatos y electores, en unas elecciones de base censitaria y limitadas a los que disponían de bienes suficientes para votar. No obstante, las normas siguen siendo hoy las mismas que entonces en cuanto a la formación de las Asambleas y de sus decisiones.

Una de estas “normas sagradas” es la que se denomina prohibición del mandato imperativo. Consiste en la delimitación del concepto de representación y de la misión otorgada al representante por el representado. El elegido no está obligado a seguir las instrucciones de sus votantes -de ahí la prohibición del mandato imperativo- sino que el elector le cede su confianza para que gestione  las decisiones en su beneficio como considere conveniente. De ahí que los diputados o concejales no estén obligados a obedecer a sus representados sino a adoptar las decisiones que estime correctas para ellos. Realmente sustituyen al pueblo, actúan en su hipotético beneficio pero no tienen ninguna posibilidad de retirarles su confianza, de darles instrucciones o de pedirles responsabilidades por la mala gestión de sus intereses. Como os decía, la democracia electiva y parlamentaria es la menos democrática.

No obstante, siendo esto así, lo verdaderamente democrático era que representantes independientes, buscando el bien común, y elegidos por su valía, velaran por los intereses de sus electores;  dotados de libertad para negociar encontraron en el consenso la mejor de las soluciones posibles para todos. Esa es la esencia de la democracia electiva. Decisiones negociadas fundamentadas en el equilibrio  y que fueran lo suficientemente buenas para todos.

Cuando años después aparecieron los partidos políticos, estos se encargaron de cambiar las reglas del juego de la democracia electiva y no lo hicieron para impulsar una mayor participación de los electores, desde luego, sino para todo lo contrario. Lo que pretendían era tan simple como que los candidatos elegidos les obedecieran a ellos. Lo que no podían hacer los ciudadanos lo harían los partidos políticos: darían instrucciones a “sus” afiliados diciéndoles en todo momento lo que tenían que hacer, votar y pensar, retirándoles de sus cargos en caso de no obedecer sus instrucciones.

Los candidatos ya no eran independientes sino que se agruparon en función de sus ideas en partidos políticos que defendían una ideología común, obligando a sus candidatos a obedecer unas consignas que ya no se decidían por los votantes sino en las sedes de sus organizaciones. El candidato no estaba obligado a obedecer a los que le habían elegido pero sí a sus propios partidos, que fijaban sus decisiones al margen de planteamientos democráticos.

Curiosamente hoy todos pensamos que lo correcto es que los diputados o concejales no sigan nuestras indicaciones pero sí la de sus partidos, en un claro ejemplo del famoso Síndrome de Estocolmo, en este secuestro de voluntades en el que vivimos. Ello supone que en el asunto que nos ocupa los votantes no tengan ninguna posibilidad de actuar mientras que el partido político da las instrucciones que considera convenientes a “sus” concejales sin consultarlas con nadie.

¿Os habéis fijado que los partidos políticos se han apropiado de la “democracia” y han sustituido tu poder como ciudadano por el suyo? ¿Os habéis dado cuenta que adoptan sus decisiones fuera de los órganos democráticos y las imponen con la misma jerarquía del general a sus soldados? ¿Os habéis dado cuenta que nuestros candidatos no reciben instrucciones de sus electores pero sí de sus partidos?

 

MORALEJA FINAL.

 

Por eso, y volviendo a la anécdota del alcalde oportunista, el Partido Político no duda en obligar a sus “soldados” en forma de concejales  y darles las instrucciones que tú no les puedes dar. Dejas el poder o te vas del partido…les dicen.

 No amigo no, los expulsas de tu  partido si quieres pero las reglas del juego es que tú no puedes dar instrucciones a un representante del pueblo y la prohibición del mandato imperativo  es exactamente igual de válida para todos los partido políticos.

Si esto no lo entendemos, por muy deleznable que nos parezca la decisión de los “golpistas” y muy loable la llamada a la disciplina, estamos permitiendo una vez más que se cambien las reglas del juego parlamentario. Estas reglas permiten la formación de mayorías y mociones de censura, incluso en situaciones como la analizada, pero las reglas de la ética no.

El problema está ahí precisamente y reside en que algunos partidos políticos se nutren, y cada vez en mayor medida,  con lo mejor de casa, permitiendo que el poder se entregue a personas carentes de la más mínima noción de  ética personal  tal y como demuestran diariamente en sus acciones políticas.

Un asunto como el que nos ha ocupado recoge en sí mismo todas las miserias de la política actual: personas carentes de ética, incluso condenados por graves delitos, que siguen sin ningún pudor asumiendo responsabilidades gestoras y de gobierno, partidos bisagras que solo responden a intereses de los que se han beneficiado de los favores económicos de estos sátrapas, la utilización irresponsable de las normas parlamentarias para conseguir fines espurios, partidos políticos que incluyen en sus listas a personajes que solo buscan el poder, demostrando que la ideología solo les sirve de adorno desconociendo la esencia misma de la democracia,  a la que no sirven y de la que se sirven.

La paradoja de situaciones com estas es que solo se enfrentan con el poder omnímodo y totalitario de estos partidos políticos aquellos individuos que carecen de esas mínimas nociones éticas, haciéndolo no por ti o por nosotros,... sino por ellos mismos.

 

Estarás de acuerdo conmigo en que hay cosas que deberían empezar a cambiar.Tú crees que ellos están por la labor,... ¿o sólo lo estás tú?  Habrá que empezar a enseñarles…¿te atreves?

 

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6 marzo 2013 3 06 /03 /marzo /2013 01:25

Que yo pueda escribir algo medianamente interesante sobre la situación política y económica actual y que deis por bien empleado el tiempo que dedicáis a leer estas líneas es prácticamente imposible. Todo lo que a mí se me pueda ocurrir ya está escrito y, sin duda,  con más arte y salero que  el que yo soy capaz de poner en el empeño. Dicho esto, lo más sensato es callarse. Pero no. No se trata solo de escribir bien, de ser original o  de llamar la atención; no. Se trata precisamente de eso, de escribir, de manifestar tu oposición a una forma de decidir por ti, de engañarte, de tomar decisiones sin contar con tu opinión. Se trata de hacer número, de salir al ciberespacio, de tomarlo, de inundarlo con lo que antes era indignación y ahora debería ser  algo más. Convertir el movimiento de los “indignados” en una  marea de  “esperanzados”, aunque sea en esta nueva modalidad de foro griego en el que puedan expresarse los ciudadanos libremente y al que podemos llamar  “ciberdemocracia”.

Por eso, porque somos muchos, no podemos permitirles que nos ignoren ni que nos mientan. Mentir es decirte que la culpa de la crisis es tuya, o de los que nos gobernaron antes que ellos, o que no se esperaban que estuviera tan mal la cosa, o que la señora Merkel es así y ellos no lo sabían, o que Bruselas se lo exige, o qué es el euro, o que es necesario salvar a los bancos con tu dinero y con tu piso antes que a ti. Mentir es muy fácil, simplemente consiste en no decir la verdad con conocimiento del engaño. Pero aun hay algo más fácil que mentir: aceptar que te mientan. Y esa es una opción personal; acomodarte a la mentira imprime carácter.

 

CAMBIAR, PALABRA MÁGICA.

 

Cambiamos de Gobierno y vamos tan mal o peor que antes, pero hubiera pasado lo mismo si quienes hubieran gobernado fueran los “otros”. Posiblemente cambiar de lo malo a lo peor de forma sucesiva y continua es indiferente.

Si te has percatado de ello los Ministros de Economía y Hacienda, por ejemplo, y ya que son los que mejor conozco, han sido básicamente los mismos desde hace 20 años. Un partido y otro siempre han elegido a las mismas personas y a los mismos equipos. Qué más da cambiar para seguir igual. Simplemente no tenían ningún plan para salir de la crisis, pero lo que sí  sabían era  en  qué iban a convertir este país con la excusa de la crisis.

Nos hartamos de votar el cambio pero parece que no queremos darnos cuenta  de que “el cambio” son los mismos que ya fueron cambiados por los que ahora van a ser de nuevo cambiados…  y así eternamente cual día de la marmota.

Unos nos negaron la crisis para ganar  elecciones mientras adoptaban las medidas económicas más equivocadas posibles, contrarias a las que procedían, aumentando el déficit y el desequilibrio presupuestario, mientras bajaban los impuestos a los que un partido de izquierdas jamás reconocería que se los bajaría cuando está en la oposición, pero que no duda en repetir cuando llega al poder.

Fueron felices pensando que las vacas gordas nunca se apuntarían al gimnasio para hacer  dieta. Hoy a nuestras vacas no las dejarían desfilar ni en Pasarela Cibeles de cómo se han quedado las pobres de escuchimizadas y, aun así, algunos quieren seguir chupando de sus tetas una leche que dejó hace años de ser semidesnatada tan siquiera.

Los otros se frotaron las manos al tenerlas libres, por fin, para convertir este país en una especie de república bananera neoliberal y neoconservadora de la que les sobra medio estado del bienestar.

 

SOLUCIONES MÁGICAS A PROBLEMAS REALES.

 

Por eso, los otros, los de ahora, querían hacerse con el poder y convencernos de que con su “sola” presencia –decían- se “calmarían” los mercados. Pues no, no se calmaron. Todo lo contrario, se alborotaron aun más. Bajar el sueldo a los empleados públicos, y recortar las prestaciones sociales era la solución mágica para salir de la crisis, solución que no se podía explicar antes de las elecciones no fuera a ser que los ciudadanos no la “entendieran”.

Nos han acostumbrado a unas cifras imposibles de desempleo, a que los de siempre se aprovechen de la crisis para explotar, sin que nada ni nadie lo impida, a trabajadores temerosos de perder su puesto de trabajo, con horarios, sueldos e impagos no conocidos desde los peores años de la década de los setenta del pasado siglo.

“Debemos conseguir un Estado mejor gestionado y más eficaz”, es el eslogan curativo de moda. ¡Pero si son ellos los que han gobernado durante años! ¿Por qué solo piensan en la eficacia como argumento cuando conseguirla tiene costes tan altos? ¿No se puede ser eficaz de otra forma ni en otros momentos? ¿Por qué no crearon un Estado eficaz cuando el dinero entraba de forma abundante y eran ellos los que gobernaban? Hablan que parece que esto no va con ellos.

Y todo ello para pagar los intereses de una deuda pública disparada en los últimos años por negar la crisis y aplicar medidas equivocadas. Una deuda con unos intereses que se multiplican por si mismos (por cuatro) simplemente por la ausencia de un gobierno que plante cara a especuladores utilizados hábilmente para que la deuda pública de países como Alemania permanezca en unos niveles asequibles y baratos para ellos, no para ti.

Necesitan países débiles que ofrezcan  buenas rentabilidades a los inversores más arriesgados: uno de los elegidos, por supuesto, es España y lo es por la debilidad de su estructura económica y por la pasividad de sus gobiernos, más preocupados en sus guerras estériles sobre modelos de vertebración territorial (eufemismo) o por la financiación de sus propios partidos (eufemismo más grande que el anterior)  que en los problemas reales. Bárcenas les preocupa más que la cola del paro, no lo dudes.

Todos nuestros sacrificios quedarán en nada. Pagamos unos intereses cuatro veces superiores a la deuda nominal real del país. Es como si de repente en vez de pagar los intereses de la hipoteca del piso que compramos por 150.000 euros pasáramos a pagar por el mismo piso los intereses de un préstamo de 600.000 euros…. ¡y sin habernos comprado nada con esos 600.000 euros! Lo malo es que para pagarlos dejamos el país como unos zorros. Todo para nada y esa es la realidad. Y posiblemente esto no te lo hayan contado. Intereses multiplicados por cuatro a cambio de educación, sanidad y política social, esa es la ecuación de nuestros economistas.

Mientras Alemania mantiene artificialmente “su” euro a niveles muy altos de cotización con el argumento de “su” inflación, frenando “nuestra” recuperación y nuestras exportaciones. No decidimos ni nuestra política económica aunque esta nos lleve a ser más pobres. Lo principal es ser europeos.

 

SOLUCIONES REALES A PROBLEMAS REALES.

 

Hay que buscar soluciones pero nuestro bipartidismo está tan obsoleto y caduco. El sistema electoral les protege. Nuestro futuro como país democrático debe pasar por superarlo y buscar la vía adecuada que nos permita realizar un cambio real que mantenga unos niveles  adecuados de seguridad, libertad y paz dentro de una revolución verdaderamente democrática que debe devolver el poder a los ciudadanos, “usurpado” por dos partidos políticos que han monopolizado la creencia  de que “lo” democrático pasaba exclusivamente por ellos. La democracia es partitocracia y en base a ello solo existía democracia si se hacían con el control de la sociedad. La Justicia, la Universidad, las Cajas de Ahorros, la Administración…todo está repleto de políticos que sin ninguna legitimidad lo han inundado todo de incompetencia.

 

Hemos retrocedido 100 años y nos hemos situado directamente en la España de Cánovas y Sagasta: alternancia pactada de dos partidos que se han convertido en "únicos", en cuanto que ningún otro partido tiene la más mínima opción de sustituirles. Partido Popular y Partido Socialista han ocupado el lugar de los decimonónicos Partido Conservador y  Liberal, aunque sus líderes, por lo menos los actuales, no tendrán lugar ni en la historia ni en los callejeros del siglo XXII. Somos como los británicos pero con una sociedad, la nuestra, que socialmente no puede estar representada solo por dos partidos.

 

La única novedad, por lo llamarlo de alguna forma, en los gobiernos de estos últimos 35 años ha sido recurrir a los pequeños y nada recomendables partidos regionales, que han cumplido con su adulterada misión parlamentaria de dar soporte a quien no lo tiene y con su pequeña representación otorga lógica de mayoría a quien no gana las elecciones. Son las  "bisagras", que suelen representar a los intereses económicos regionales menos confesables. Ello ha creado una connivencia con el poder económico que se traduce en corrupción y en nuevas formas de caciquismo en los cuadros de dirección de estos partidos. El ciudadano ha pasado al olvido y se puede ir despidiendo de una democracia participativa y real.

 

¿Nos atrevemos a pensar ya en soluciones o seguiremos votando a los mismos de siempre?

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4 marzo 2013 1 04 /03 /marzo /2013 01:36

DEFINICIONES PREVIAS-

 

Si me tuvieras que explicar cómo es una persona concreta, a la que tú conoces y yo no, y me dijeras … “tiene el pelo negro”…posiblemente  me dejarías indiferente, casi como estaba y pendiente de  resolver unas incógnitas muy importantes sobre la dimensión exacta de su existencia corpórea. Vamos, que estoy seguro de que me quedaría sin saber…cómo es él -Perales dixit-. No sabría si es alto o bajo, de ojos claros u oscuros, delgado o gordo, de piel blanca o morena, con rizos, o calvo. No lo reconocería  ni de casualidad si lo tuviera delante de mis narices.


Ahora bien, si me dices... "es chino”... la cosa cambia: me lo imagino claramente, casi con seguridad; lo adivino delgado, de tez clara, pelo lacio, no muy alto y con unos ojos inconfundibles. La definición “chino” me ha dado toda la información que necesito, lo cual no quiere decir que el chino en cuestión no pueda ser alto y gordo, pero lo normal es que sea tal cual me lo imagino.


Espero, amigo lector, que el ejemplo no te parezca  ridículo, sobre todo si traslado este paradigma a los sistemas políticos de gobierno y a la comparación, tan en boga en nuestro país en este momento, entre monarquía y república. Para mí es esta una de las discusiones más estériles y carentes de contenido real  de las que puedan afectar al ciudadano, y mucho menos tal y como se plantea hoy en España. Sé que para mucha gente no lo es; es algo importante, consideran, y escenifican en él la legitimidad democrática del Estado. No les falta razón, pero sigamos leyendo.


"República" no es una definición en  positivo sino, muy al contrario, lo es en negativo: República es la ausencia de monarquía. Repúblicas  hay  tantas como países, de tantos tipos que resultan de difícil clasificación: repúblicas dictatoriales hay demasiadas; las hay de derechas, como lo eran las del centro y sur de América; también de izquierdas, como la antigua URSS y la Cuba actual; repúblicas islamistas como Irán o Yemen; repúblicas “hereditarias”, cuales monarquías camufladas, como es el caso de Corea del Norte o Siria, repúblicas democráticas presidencialistas al estilo estadounidense, semi-presidencialistas tipo francés o las repúblicas parlamentarias semejantes a las de Alemania o Italia.


Por tanto hablar de "República" sin más no me ofrece información suficiente para saber en qué sistema de gobierno voy a vivir. Una incógnita. Sus presidentes, por ejemplo, pueden ser auténticos dictadores vitalicios, o en el caso de encontrarnos ante repúblicas democráticas, estos pueden tener desde poderes amplísimos, como es el caso del presidente norteamericano, a simplemente representativos o moderadores, al estilo del italiano o del alemán (por cierto, os recuerdo que este último se llama Joachim Gauck, no siéndolo la señora Merkel, que es Canciller).


No debe confundirse "República" con "Democracia", puesto que ambas aluden a principios distintos: la"República" debería suponer el gobierno de la ley mientras que "Democracia" significa el gobierno de la mayoría, lo cual no ocurre, ni una cosa ni otra, en las repúblicas totalitarias y sí  en practicamente todas las monarquías actuales.


La Monarquía es otra cosa, al menos, como digo, las actuales. Las monarquías son prácticamente todas democráticas, constitucionales y parlamentarias. Puedes elegir como referencias a Suecia, Noruega, Holanda, Dinamarca, Reino Unido, Japón, Bélgica y España. Incluso si eliges países como Marruecos o  Jordania,  estos son los más aperturistas de su entorno geográfico, todos ellos Repúblicas.


Cuando nos encontramos ante una monarquía puedo imaginarme con mayores posibilidades de éxito que si lo hiciera con una república como es políticamente el país que corona a sus Jefes de Estado: una democracia parlamentaria y constitucional con un rey con poderes simbólicos y moderadores que, en todo caso, debe ser un referente ético, de permanencia y de representatividad frente a la alternancia de los partidos políticos.


Como "el chino" del ejemplo, frente a la descripción simple del individuo de "pelo negro", una Monarquía me ofrecerá toda la información básica para definir políticamente al país que le da cobijo, frente a las dudas y variables de las Repúblicas. Esta última es nuestro señor del “pelo negro” y la monarquía  el “chino” de nuestro ejemplo.


 

MONARQUÍA O REPÚBLICA.

    
 

 

Si me preguntaran en qué país prefiero vivir, si en una República, definida sin más explicaciones, o en una Monarquía, con la misma ausencia de detalles, optaría sin duda por esta última. Esta opción me aseguraría el porcentaje más alto de posibilidades de no equivocarme. Pero claro, me puedes decir, apreciado lector, que esta pregunta tiene trampa, que la pregunta correcta es:  ¿Prefieres vivir en una República democrática o en una Monarquía también democrática?.  ¿Cuál de las dos es más democrática? Comparémoslas entonces de forma rápida.


¿Es más democrática la republicana Francia que el monárquico Reino Unido? ¿Dudamos ahora de la solvencia democrática de las monarquías nórdicas cuando siempre recurrimos a ellas como ejemplo de buen hacer?


Pongamos ejemplos. El Presidente de la República Federal Alemana tiene prácticamente las mismas prerrogativas y competencias constitucionales que nuestro Rey. Nuestro Presidente del Gobierno tiene, salvando cuestiones concretas, poderes parecidos al Presidente de la República de los Estados Unidos de América. La estructura democrática de la República Alemana -o la de la Italiana- es similar a la de la Monarquía española, salvo, precisamente, por su Jefatura de Estado, republicana o monárquica, que verdaderamente resultan indiferentes ya que ambas tienen parecidos poderes representativos, moderadores y de arbitraje. Lo cierto es que las dos serían prescindibles, salvo por la carga simbólica que tienen en relación a su ensamblaje histórico.


 Si España se convirtiera en la República Federal Española, a imagen y semejanza de la Alemana, apenas cambiaría nada de la España monárquica que hoy conocemos, salvo en que cada cinco años nuestros parlamentarios y senadores, no nosotros, elegirían a un político veterano, no especialmente conocido, para que fuera nuestro "simbólico" Presidente de la República. Así lo hacen Italia y Alemania, que no eligen directamente al Presidente de sus Repúblicas. Si por el contrario optaramos por una República Española similar a la francesa, el señor Rajoy sería ahora mismo su Presidente y posiblemente la señora Soraya Sáenz de Santamaría, por decir un nombre, ocuparía el puesto de primera ministra del gobierno. Si nuestra República siguiera el modelo americano, el señor Rajoy sería "nuestro Obama", es decir nuestro querido y grandioso Presidente. Digo esto último -lo de querido y grandioso- porque la cultura política americana hace desaparecer en buena medida las diferencias políticas una vez que los candidatos se convierten en "Presidente de todos los americanos", siendo respetados por igual  sean del partido que sean. ¿Os lo imagináis en España?


La primera conclusión clara que podemos obtener es que  historia de cada país resulta fundamental para justificar la opción republicana o la  monárquica. Si ambas son democráticas el tema se convierte en absolutamente indiferente y me daría igual una que otra, dando por buena la que asegurara un mayor apoyo popular a una figura que debe contar con una carga simbólica tan importante.


 Sinceramente, no me imagino que el Presidente de la República Española, y por lo tanto el Jefe del Estado Español, fuera el señor Rajoy y que, por ello, su figura tuviera mayores apoyos que la monarquía actual, incluso en sus peores momentos. Esto parece habérseles olvidado a los señores, normalmente de izquierdas ( y lo digo como personas no especialmente favorables a Rajoy), a los que les gusta envolverse en banderas republicanas en las manifestaciones. Los que sí lo saben, y  perfectamente además, son los otros señores, los de  de la extrema derecha española, que durante años han sido los más furibundos republicanos de este país y que nunca perdonaron al Rey la  traición a "su" Generalísimo.


Por eso precisamente me llama la atención que a nuestros historiadores se les haya "olvidado" el número correcto de "Repúblicas"  proclamadas a lo largo de nuestra historia. Eso de que en España solo hemos tenido dos … nada de nada. Hemos tenido tres: dos democráticas y una dictadura. La dictadura del General Franco fue la Tercera República Española, pese a quien pese. Un régimen exactamente igual de republicano que lo fue la República corporativa portuguesa del dictador Salazar. ¿O era la España franquista  una monarquía, con el Borbón en el exilio?


Es curioso el interés que siempre ha existido en mantener una visión democrática de las repúblicas españolas cuando padecimos 40 años de república totalitaria. El hecho de que el dictador mantuviera la bandera histórica de este país y no la republicana no  convirtió a España en una monarquía hasta que el Rey no fue proclamado como tal. ¿Era el General Franco un Rey o el Presidente de una República dictatorial? Yo creo que lo segundo.


De ahí mi desasoiego cuando veo a la gente agitar las banderas republicanas porque lo cierto es que no sé exactamente qué es lo que piden, ni tan siquiera sé si ellos mismos saben lo que quieren, lo que sí que sé es que los demás no podremos saber qué es lo que  piden o si lo piden con un conocimiento real. Posiblemente el conocimiento real sea eso, "real"; solo piden cambiar al Rey por alguien que elijan ellos, que no es poca cosa.

 

Por cierto, y como ya he anticipado, ni el Presidente de la República alemana ni el de la italiana son elegidos directamente por los electores. Ni mucho menos. Son elegidos entre políticos que ni siquiera se han presentado a elecciones democráticas para serlo, sino que son elegidos indirectamente por los parlamentarios de su país entre personalidades de reconocida trayectoria pero alejados de la política activa: lo que nosotros conocemos como “viejas glorias” o personas no especialmente significativas. Es una opción curiosa pero respetable cambiar a un Rey por un Presidente de estas características.


 

UN BUEN REY.

    

 

Pero si volvemos al chino del principio, ese chino prototipo y estándar de persona con rasgos reconocibles y previsibles, el que me da toda la información sobre sus cualidades más evidentes y, cual metáfora humana, lo trasladamos a cómo debe ser una monarquía para ser igual de reconocible, creo que es aquí donde encontramos las diferencias básicas entre repúblicas y monarquías y en aquello en lo que deberíamos ser especialmente exigentes con estas últimas.


El "estándar reconocible" de la monarquía actual es el de una democracia parlamentaria con un monarca que reina como figura simbólica y que representa la permanencia, unidad y equilibrio en la figura de un rey, que por ello, precisamente, reina y no gobierna. Su papel moderador y árbitro entre poderes le obliga a ser una persona de comportamiento intachable, ejemplo de moralidad y de ética, con unos valores en los que se pueda reconocer cualquier ciudadano del país que comparte con su rey. No puede haber dudas sobre sus actuaciones públicas ni privadas, ni de sus relaciones empresariales o políticas y su transparencia patrimonial debe ser total. Nada de lo que le rodee a él y a su familia debe dar lugar a dudas ni a escándalos y si algo perturba ese juicio debería apartarlo rápidamente de su entorno. Es difícil ser perfecto pero a  los demás también  nos resultaría complicado convertir a nuestra familia en dinastía reinante . Si no es así lo suyo es dejarlo. Siempre es reconfortante recordar que nuestros queridos visigodos elegían a sus reyes por elección.


Un Rey es un jefe de Estado, como puede serlo el Presidente de la República Alemana, solo que, y a diferencia de este, con cargo vitalicio, para él y su familia. Las esposas y los hijo/as de los presidentes de la Repúblicas no disfrutan de los honores y parafernalias de los reyes. Y eso es un privilegio inimaginable que supone un compromiso muy duro de mantener y superior a cualquier otro. Hablando claramente, ello quiere decir que el Rey debería tener todo el cuidado del mundo en mantener un comportamiento intachable durante toda su vida reinante, y entre otras cosas porque es conveniente recordar Y QUE NO SE OLVIDE que los Presidentes  de las Repúblicas no piden perdón cuando se equivocan sino que sencillamente…dimiten, como hizo el anterior Presidente alemán por recibir presuntamente regalos improcedentes (parecido a la señora Matos... pero al revés).

 

El otro gran deficit es el más grave de todos: el democrático. Un rey no puede basar su legitimidad democrática en un hecho histórico como es para buena parte de la población la aprobación de una Constitución hace cuarenta años. La necesidad de convalidación democrática es absolutamente necesaria en un país como el nuestro en el que la historia es la que se escribe día a día y no la que se lee en los libros de historia.

 

 

Una monarquía en España debería tener, en consecuencia, la misma exigencia que tienen las Repúblicas con sus Presidentes, por ello no deben caber dudas de que cuando un Rey deja de actuar con los criterios que adornan a  un "buen Rey" debe dejar de serlo inmediatamente…no vaya a ser que el chino nos salga rubio y no lo reconozcamos.

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20 febrero 2013 3 20 /02 /febrero /2013 00:39

Creo que alguna vez he debido aburriros con este tema, pero estoy seguro de que esta es una de las cuestiones claves para entender el hastío de los ciudadanos ante la situación política que vivimos en España.

 

La renovación democrática, la exigencia de una auténtica participación de los ciudadanos en los asuntos públicos, articula movimientos sociales que exigen democracia real y participativa: la posibilidad efectiva y cierta de ser escuchado, elegir y ser elegido.  Ello no es baladí porque la situación es de verdadero secuestro  de la voluntad popular, por no decir estafa del sistema, a aquellos que creen que nos encontramos ante una estructura política válida de participación en las instituciones que les representan  y en el proceso de adopción de decisiones colectivas.  Los resortes del poder son tan amplios que anestesian el conocimiento de la situación.

 

 

LO QUE CONFUNDIMOS.

 

 

Tras cuarenta años de dictadura, y muriendo el dictador en la cama, todo nos ha parecido bien, por lo menos hasta  ahora, y es lógica nuestra confianza porque esta se basaba en nuestro desconocimiento y, sobre todo, en la esperanza de libertad. Por ello hemos confundido conceptos que corren paralelos pero que son diferentes. Disponer de un sistema de libertades que permitan al individuo realizar su proyecto personal como ser humano es incuestionable y no admite discusión alguna. Este sistema de libertades, que debe ser respetado, amparado y defendido por los poderes públicos, forma parte de lo más  esencial de la persona y afortunadamente lo tenemos y lo tendremos. El problema hoy radica en saber si aquellos que no tienen trabajo, aquellos otros que son arrojados de sus viviendas o los que no reciben lo que las sociedades justas redistribuyen a los que, por un motivo físico o social, están excluidos del devenir normal de las relaciones económicas, pueden seguir disfrutando de sus derechos personales.

 

 No es esto lo que se cuestiona en este artículo, sin perjuicio de que, además de lo dicho, una verdadera libertad personal no puede entenderse tampoco sin  su vertiente política y civil en cuanto sujetos activos y pasivos en el gobierno de la sociedad en la que nos integramos. Y este sí, este es nuestro gran problema. Somos libres personalmente pero no estamos representados en un sistema electivo verdaderamente democrático, ni participamos en las decisiones de gobierno y sin duda no se tienen en cuenta nuestras opiniones para prácticamente nada. ¿A ti te han pedido opinión en los últimos 30 años?

 

La ecuación era sencilla para los neófitos: democracia = partidos políticos. De ello se aprovecharon los que más sabían, hicieron que nos lo creyéramos e, incluso, lo viéramos con satisfacción. La sociedad democrática era aquella controlada por partidos políticos que representarían el poder del pueblo soberano que, por fin, se hacía con el gobierno de las instituciones. Cambiamos las leyes para asegurar su presencia global, democrática y omnímoda, controlando todos los resortes de gobierno.

 

Se acabó con la garantía de la separación de poderes, nombrando desde las sedes de dirección de los Partidos tanto al candidato a Presidente del Gobierno y a sus  Ministros como a los miembros del Poder Judicial, a los Magistrados del Tribunal Constitucional y  al Fiscal General del Estado. Allí deciden quienes van a dirigir los órganos de control de sus propias acciones como el Tribunal de Cuentas o las Cámaras de Cuentas autonómicas, controlan también a la Comisión Nacional del Mercado de Valores o  a las Cajas de Ahorro, disponiendo de  esta forma de tu dinero para sus proyectos y, por supuesto, dirigen todas las Administraciones Públicas del Estado, Autonómicas o Locales. Los partidos políticos han unificado bajo su voluntad todo lo que la buena práctica democrática y los pensadores y teóricos de la política habían separado.

 

Pero si hablamos de democracia bien podemos pensar que los partidos políticos son una extensión de nosotros mismos. El pueblo se puede sentir representado por ellos constituyendo, digámoslo así, la “extensión ideologizada” de su soberanía. Pero, ¿esto es así? ¿No sentimos representados? Analicémoslo.

 

 

LO QUE NO SABEMOS.

 

 

Los ciudadanos no sabemos nada. Somos unos perfectos ignorantes democráticos. No sabemos qué ocurre dentro de un partido político; ni cómo eligen a sus cargos ni cuáles son los méritos de sus dirigentes. Ni siquiera la democracia interna de la que tanto hablan es garantía de transparencia de participación de los ciudadanos en su elección.

¿Quiénes forman parte de los partidos políticos como afiliados? ¿Quiénes son esos señores que conforman la democracia interna de los partidos? Tú no, ¿verdad? Muchos de ellos sirven exclusivamente a los intereses de los que les llevaron a integrarse en él, seguramente sin saberlo, pero con la única misión de que votaran lo que estos, sus mentores, les decían y  más de uno con la esperanza de alguna “recompensa” para su fidelidad. De ahí las famosas “corrientes” de opinión interna de los partidos. Los suyos de los suyos. Barones locales y cuadros de poder regionales apoyados “democráticamente en ilusos y listillos que no tienen donde caerse muertos y el Partido es su refugio perfecto para hacer carrera.

Y por supuesto, con todo el respeto y admiración, las buenas personas con ideales, que no saben muy bien qué hacen allí, confiando en cambiar desde dentro lo que a los demás no nos gusta desde fuera.

 

Sigamos profundizando. ¿Alguno de los lectores que estáis leyendo estas líneas sabéis cómo, quien y cuándo  eligieron al señor Rajoy candidato de su partido a Presidente del Gobierno? ¿Sabéis cuál fue el proceso interno que le llevó a dirigir su partido?  ¿Has participado de alguna manera en ello?

 

Si te preguntara por el conocimiento que tienes sobre el mismo proceso, que ha llevado al señor Obama a ser el candidato del Partido Demócrata en Estados Unidos, posiblemente me responderías mejor y con más seguridad. Seguro que algo sabes de sus elecciones primarias y de los famosos “caucus”, por medio de los cuales los electores y simpatizantes -no los afiliados- de los partidos norteamericanos eligen a sus candidatos. Lo eligen todos aquellos que quieren participar en la elección. Dicho esto, debes saber que aquí esta situación es imposible; nosotros no  participamos en lo importante. De hecho no sabemos muy bien cómo y  por qué el señor Rajoy fue designado por su partido candidato a Presidente del Gobierno, ni quién lo designó… aunque nos lo imaginamos.

 

¿Conoces a alguno de los candidatos que integran la lista de Diputados al Congreso o  a los Parlamentos Autonómicos que presentan los partidos políticos? ¿Y de la lista de  Concejales en las grandes ciudades? ¿Sabes por qué están ellos allí y no otros? ¿Sabes quién se ha quedado fuera y por qué? ¿Sabes cuáles son sus méritos dentro y fuera del partido? ¿Conoces los deméritos de los que no están? Sin duda no sabes nada de esto ni lo sabrás. Solo sabes que puedes escoger una papeleta, de un partido o de otro, e introducirla en la urna. No puedes ni siquiera elegir a los candidatos que más te gusten de los que te han ofrecido; por no elegir no eliges ni el orden de preferencias que ya viene definido en la papeleta. Las listas abiertas no existen en este país más que matizadamente en la elección de Senadores…pero en nada más. No eliges personas escoges papeletas cerradas.

 

Te confirmo, por tanto, que como ciudadano de este país no has participado, ni está previsto que lo hagas, en nada relativo a la selección de los candidatos de los Partidos Políticos en ninguna elección y por supuesto no se te permite cambiar ni una coma en la que han hecho ellos por ti.  Repito, coges papeleta y punto.

 

Profundicemos ¿Una vez elegidos los candidatos, te representan de alguna forma? La respuesta es no, o al menos no directamente.

 

Democracias hay de muchas formas (directa, asamblearia, por participación en sorteos…) y la nuestra es  electiva o representativa; elegimos  a representantes que nos representan, integrándose en un foro de representantes, valgan todas las redundancias, con unas reglas concretas de funcionamiento. Este “modelo de democracia” se denomina democracia representativa parlamentaria y las normas fundamentales para la formación de la voluntad del Órgano de Elegidos (Asamblea o Parlamento) tienen más de 200 años de antigüedad.

 

Entre ellas, una regla básica es la prohibición del mandato imperativo. ¿Qué es esto? Los ciudadanos no podemos exigir a nuestros representantes ningún comportamiento concreto sino que estos son libres para procurar lo mejor para sus electores. Cuando en buena lógica se consideró que esta era una norma adecuada para dejar a los representantes libertad de acción en el juego parlamentario aún no existían los partidos políticos. Pues bien, cuando estos aparecieron acabaron con todo. La paradoja no tiene desperdicio: los representantes no se deben a sus electores pero sí al partido. Todos tenemos claro que votamos al partido y no al candidato, justo al contrario que  el diseño correcto de  la democracia electiva; curiosamente, insisto, debería ser al contrario. La obediencia al partido estaría absolutamente prohibida. No puede ser que un representante no se deba a quienes lo han elegido y sí lo haga al Partido que le da cobijo. De ser así y de elegir a Diputados obedientes al Partido ¿para que molestarnos en nombrar a 100 o a 200? Que vaya al Parlamento uno solo por partido y levante la mano con las instrucciones recibidas diciendo…mi voto vale por 183…y mira lo que nos ahorramos.

 

En definitiva amigo lector, tu candidato elegido no se debe a ti sino a su partido. Tu opinión no le interesa pero sí las instrucciones que le da su partido. No es libre, tal y como estaba articulado desde hace siglos, para tomar las decisiones que creyera adecuadas para sus electores. Se debe exclusivamente a su partido. Lo siento por ti y por mí pero no les importamos.

 

¿Y el programa? ¿Están obligados a cumplir aquello para lo que se han comprometido y que ellos mismos han escrito sin nuestra intervención? Si has pensado que sí eres un ingenuo. La respuesta es un no rotundo. No están obligados a cumplir nada de lo que han prometido. Desde luego jurídicamente en absoluto y moralmente… bueno, esos eran otros tiempos y, tal vez, otros países.

 

En la situación actual, sin ir más lejos, el partido que nos gobierna ha incumplido prácticamente todas las promesas que le llevaron al poder y como te puedes imaginar no pasa absolutamente nada. El actual partido de la oposición siempre promete políticas de izquierda que olvida en cuanto llega al poder. Los programas se han convertido en papel mojado y si no supieras el partido que lo ha “escrito” no serías capaz de ponerles nombre a uno y a otro ya que no se diferencian ni un ápice. Ha desaparecido de ellos cualquier atisbo de ideología y los compromisos son mínimos, supongo que  para no sentirse mal cuando los incumplan.

 

Por lo tanto ya lo sabes: tampoco están obligados a cumplir ningún programa aunque tú les hayas votado para su cumplimiento. No tienes nada que hacer. El compromiso con el ciudadano es inexistente, ya no jurídicamente sino, lo que es más grave, ética y moralmente.

 

¿Podemos, al menos, participar en la decisión de un cambio de Gobierno? ¿Podemos elegir realmente a un nuevo Gobierno? Sí has pensado que sí…te vuelves a equivocar. ¿Cuantos partidos han gobernado este país en los últimos 30 años?  ¿Crees sinceramente que has elegido con libertad?

 

Dos partidos políticos se han hecho con el poder en este país. Lo han utilizado para adaptar todas las instituciones a sus intereses y asegurar su permanencia indefinida con intervalos de cuatro a ocho años esperando, eso sí, que algún “escándalo” en forma de crisis económica, guerras en Irak o sobresueldos acorte sus periodos de descanso, pero en lo fundamental están totalmente de acuerdo: el poder es exclusivamente suyo. La ley electoral es su principal apoyo y las “facilidades” financieras de las que disponen no les van a la zaga. Hagan lo que hagan los partidos “terceros” no tiene nada que hacer para gobernar ya que  la ley electoral envía a la papelera buena parte de sus votos, que, por supuesto, se desperdician.

 

Y claro, el ciudadano después de 30 años ya lo sabe y no le queda más remedio que acudir al “voto útil”. El voto útil es un eufemismo, una manera de llamar al hecho de no votar a quien quieres sino a quien “puedes” o a quien ellos te dicen.

 

Llegados a este punto, ¿crees que de verdad eliges a tu gobierno? No. Tu única función es la posibilidad que tienes cada cuatro años de cambiar el gobierno para dárselo a los “otros”. No eliges, en todo caso “cambias”. Ya lo saben ellos en sus campañas electorales; recuérdalas: vota el cambio. ¿El cambio? Es el colmo. El cambio de los que fueron ya cambiados y que lo volverán a ser por los que ahora son cambiados.

 

  

 

 LO QUE SÍ SABEMOS. CERTEZAS.

 

 

¿Cuál es tu papel en la “democracia” actual? ¿Consideras que tu aportación en el gobierno de tu país es importante? ¿Democracia es el sistema político que cuenta con la participación de los ciudadanos?

 

Si esto es democracia, mal vamos. Supongo que sabrás que tu participación se  limita exclusivamente a la posibilidad de cambiar el gobierno cada cuatro años, eso sí para dárselo SOLO al “otro” partido. A partir de ese momento tu opinión les importa más bien poco o nada. Sus huestes ocuparán todo el poder posible, desplazando a técnicos, gestores, profesionales y demás entendidos en las materias, que serán sustituidos por los miembros del partido, que nadie sabe de dónde han salido ni cuales son sus méritos, convirtiendo este país en lo más parecido a la cueva de Alí Babá.

 

Técnicamente estamos en un sistema no democrático sino partitocrático, que configura en nuestro país una dictadura alterna de dos partidos de la que difícilmente se puede salir.

 

La solución parcial que nos hemos dado ha sido crear una democracia virtual o democracia 2.0, por la que los ciudadanos más concienciados han encontrado en movimientos participativos, canalizados por medio de blogs, paginas de internet y foros, el diálogo verdaderamente democrático que no encuentran en los partidos tradicionales y por medio de los cuales aspiran a influir en las decisiones que adoptan los que todavía siguen controlando el poder.

 

Ciertamente, lo impresionante de esta situación es que aquellos que han hecho de su capa un sayo y del poder un disfraz no puedan entender por qué los ciudadanos pidan a gritos, en la calle, y cada vez en mayor número ¡democracia real ya! Será una cuestión de escribirlo con letras más grandes.

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15 febrero 2013 5 15 /02 /febrero /2013 01:10

Llevo unos días muy autocomplaciente, mala señal. Tal vez es que he escrito demasiado y me resulta fácil deciros: “eso ya lo habíais leído aquí”. No es solo eso, pero os tengo que reconocer que el placer de poder demostrar que lo que escribo se acerca bastante a la realidad, y además  con cifras, es irresistible. Espero que me perdonéis por repetir los argumentos que ya os comenté en una de mis anteriores entradas pero si me lo ponen tan fácil no lo voy a desaprovechar.

 

El asunto, recordaréis, giraba en torno a las brillantes ideas con las que nuestros políticos nos iban a deleitar estos meses para “adelgazar” la locura de niveles y estructuras  administrativas que ellos mismo habían creado. Estos niveles superpuestos no tenían más fin que el de poder disponer de mayores posibilidades de contratación pública para premiar a sus siempre fieles empresarios de cabecera, donantes “desinteresados” de fondos para el partido, a la vez que proporcionar empleos, también públicos, a sus afiliados y demás gente de confianza,  sin duda futuros votantes por el bien de su continuidad en el puesto de trabajo.

 

El ejemplo que comentaremos lo sitúo en un ámbito territorial  cercano para mi pero me habría servido cualquiera de los que vosotros me hubierais sugerido,  porque sin duda os vendrán a la cabeza unos cuantos parecidos y que conoceréis bien. Por ello, y aprovechando mi privilegiada posición en este blog, se me ocurrió comentaros la asombrosa e impresionante creación de las Comarcas aragonesas. Un privilegio para nuestros bolsillos.

 

Nada que no os podáis imaginar. Durante la última década se crean, ni más ni menos, que 33 comarcas en Aragón. Con dos narices. Debían hacer mucha falta a pesar de que nadie las había solicitado, máxime teniendo en cuenta que en nuestro modesto mapa regional de 1.250.000 habitantes contábamos ya con las competencias del Estado, de la Comunidad Autónoma, de la Diputación Provincial y de los Municipios.

 

Con cinco niveles estaremos tan a gustito que nadie se dará cuenta, pensaron. Por lo que se ve ninguna de las tres últimas podía adaptarse a las necesidades de un territorio duro, áspero y deshabitado por lo que había que crear algo nuevo. No consideraron más económico y viable replantarse el papel de la Diputación, de las Mancomunidades, o suprimir municipios creando otros más amplios. Nada de eso servía por lo que se ve; por lo menos a sus intereses. Lo que sí servía eran las Comarcas y pensaron que con 33  (32 constituidas) estaba bien, porque de crear menos no se respetarían las “peculiaridades históricas” y claro, eso no estaría bien para el sentimiento nacionalista comarcal. Oye, y para crear una creas treinta y tres…, más ya sería sospechoso.

 

Una vez que ya las tenemos hay que dotarlas de contenido administrativo y político. Sobre todo político porque si no fuera así parecerían oficinas de funcionarios vacías de alma . Nada, nada, mucho mejor con estructura política. Vamos a crear por tanto Comarcas  a lo grande y para ello hay que dotarlas de su propio Parlamento Local -los Consejos Comarcales-, sus diputados –Consejeros- y sus propios empleados, asesores y gente de confianza. Lo de la gente de confianza siempre me ha resultado curioso porque siempre he pensado que para justificar  su contratación deberían señalar primero quienes son las personas de su "desconfianza" y las causas de la misma. Igual en los que no hay que confiar es en ellos.

 

Ni más ni menos que 791 consejeros. Si lo hicieran ahora los “encorreríamos a gorrazos”, como decimos aquí, pero en aquellos años colaba todo. Muchos de los Consejos tienen más consejeros que municipios, para lo que hace falta descaro. Sus retribuciones tienen un coste de más de cinco millones de euros, superior a las retribuciones de los 4.476 concejales de Aragón, que suponen un gasto de 3,5 millones. En cuanto al número de empleados públicos… con unos 2.200 han tenido bastantes, de los que, por cierto, solo 131 son funcionarios; es decir que solo estos ocupan su puesto por principios de mérito y capacidad tal y como establece la constitución. El resto no. Sencillamente porque muchos de ellos son jefes de gabinete y asesores. El disparate no tiene límite porque  un alto porcentaje de sus presupuestos se han destinado al pago de estas retribuciones que ha ido creciendo en más de un 12 % anual.

 

Pero no es solo eso: sedes lujosas, coches oficiales, los telefonitos guays que tanto gustan para ser alguien…y lo más peligroso, nuevas posibilidades de contratación dispersas. Las lagunas de la Ley de contratos repartidas en 32 nuevas "administraciones" abren nuevos campos de actuación a los tesoreros y a los banqueros suizos.

 

Pues bien como algo les suena mal en todo este dislate han decidido apretarse los gürtels y dar ejemplo al ciudadano con su austeridad. ¿Y que han pensado para ello? ¿Suprimirlos? ¿Pedir perdón? ¿Contratar a los parados en vez de a los amigos? Ni mucho menos: reducir el número de consejeros en la impresionante cifra del 30%. Ya está, eso es todo. Lo dicho, ejemplo de ahorro. Eso sí, después de un amplio debate  en el que hubo una gran oposición a semejante pérdida de poder político. Impresionante.

 

¿Y esto por qué pasa? Fundamentalmente porque somos idiotas y les dejamos hacer. Dicha la verdad suprema si  no te sirve este argumento por poco elaborado y  prefieres a estas horas no sentirte mal contigo mismo, no digas más: buscamos una explicación científica. Pues también la encontraremos.

 

Resulta que en Aragón existe un partido político de esos llamados “bisagras”, que con pocos votos obtiene relativamente pocos escaños pero suficientes, que, eso sí, resultan claves para la gobernabilidad regional. Ello provoca habitualmente uno de los mayores desajustes de nuestro sistema parlamentario decimonónico con el que pensamos que ejercemos la “democracia”, de tal forma que los votos de cuatro estómagos agradecidos condicionan el gobierno de las mayorías lógicas, ya que someten a estas a sus caprichos particulares, normalmente pensados y propuestos en su propio beneficio.

 

Y ahí nos encontramos; los grandes, que por gobernar dicen que sí a todo, aceptan lo que les propongan aunque sepan lo que hay detrás. Si quieres mi apoyo -les ordenan- ya estáis creando unas cuantas instituciones donde yo pueda desarrollar mis intereses, colocar a mis adeptos, que después me votarán, y tener posibilidades de contratar. Sobre todo eso, posibilidades de contratar. Así extenderé mi implantación territorial, piensan, estrategas ellos. Y por más crisis que haya esto ya no se toca, sea el que  sea el partido que gobierne, si quieren mi apoyo estas son las condiciones... porque esto… es mío.

 

Amén, así fue y así será. Como mucho disimularemos en esta crisis con el "generoso" gesto de una reducción de 30% de los Consejeros; la verdad es que nos pasamos... había muchos, total... ya lo recuperaremos cuando esto pase que ahora hay que disimular...  si no la gente se enfadará y se terminará dando cuenta que esto no sirve para nada más que para colocar a los nuestros....

 

Por supuesto que la anunciada reforma de la Administración Local "respeta", en aras de la autonomía regional, todo el diseño de las Comarcas aragonesas. Es decir, que cuando leáis el gran ahorro que se va a producir por la reforma de la Administración Local, ni una sola de las medidas anunciadas afectaran a lo que aquí estamos hablando. La policía no es  tonta.

 

El problema, después de saber como han gestionado los recursos públicos cuando pensaban que estos nunca iban a faltar, es como quieren que asumamos el despido de profesores interinos, de personal sanitario o la desaparición de comedores escolares. Sencillamente me parece injustificable.

 

  Al fin y al cabo esta es la política real, de la que no nos enteramos hasta que un buen día empezamos a pensar. Y ahora que ya lo sabemos……….. ¿Se te ocurre algo?

 

Nos vemos en una próxima entrega.

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14 febrero 2013 4 14 /02 /febrero /2013 01:19

La culpa del cordero es una película uruguaya que sorprende. Secretos inconfesables van apareciendo ante los ojos del espectador. No me quedó más remedio en mi artículo anterior que entrar yo también en la actualidad inmediática y sorprenderme.

 

Me gustó cuando lo leí: “lo inmediático”. Creo que el autor del paradigma-idea fue el señor González; ya sabéis… el del “váyase señor González”. No podía ser otro el que se lo dijera que aquel que nunca debería haber “venido”… pero como en este país la política es cosa de dos, parece ser que solo quería que se fuera para llegar él. No había intenciones altruistas, eran puramente egoístas.

 

“Lo inmediático” es, por tanto,  el paradigma de salvar el culo cuando la actualidad te lo ha cogido al aire, es gobernar a golpe de telediario y olvidar las promesas cuando la tormenta pasa, trivializar soluciones, afirmar lo contrario de lo que antes habían dicho cuando eran los dueños de sus ideas y no los esclavos de sus escándalos.

 

La idea es clave para escenificar la gestación de los temas que sirven en nuestro país para fracturar el discurso político y convencer al electorado de lo acertadas que son las propuestas de los genios del marketing  que nutren los partidos políticos. Solo les interesa lo que puede estar  hoy en los medios de prensa. En ese momento todo serán propuestas, ideas, soluciones, mentiras o medias verdades que mañana quedarán en el más absoluto de los olvidos. Hoy todo vale, y más si el tema surge en forma de “escándalo” introducido por el “enemigo” poniendo en evidencia al rival. Mañana ya nadie se acordará. La política es marketing; te tratan como a un imbécil  que no sabe si comprar coca cola o pepsi,  cuando, al fin y al cabo, es más de lo mismo.

 

No me gusta escribir  en este blog “inmediáticamente” porque terminas pareciendo uno de ellos. Cuando los temas son importantes hay que tratarlos con perspectiva y con tiempo, y no al albor de las prisas inmediatas y mediáticas. Por ello, si tienes interés, puedes leer las entradas publicadas en este más que modesto tablón de ideas; hace muchos meses que aquí ya hablamos de lo  que hoy es inmediático cuando no lo era y, además, no tocaba ni serlo ni hacerlo. Encontrarás ideas que te pueden interesar –o no-  sobre, por ejemplo,  el sueldo de los políticos, la corrupción, los paraísos fiscales, la amnistía tributaria…en fin, para qué os voy a decir más. Advertimos entonces de muchos peligros que hoy se han convertido en objeto de debate.

 

Eso es lo malo, que sea objeto de debate. Si tan claro lo tienes ahora, ¿por qué no nos advertisteis antes?, ¿por qué no actuasteis para evitarlo? Se debe hundir un edificio para que nos digan que van a cambiar la normativa de seguridad en la construcción, cuando los arquitectos llevaban tiempo denunciándolo y nadie les hacía caso. Pues bien, aun así a los únicos a los que se les escuchará será a ellos, a los que hasta ese momento no habían escuchado a nadie.

 

Pues a eso voy. Se toman decisiones precipitadas y se escuchan argumentos inciertos para justificar lo injustificable cuando algo equivocado se convierte en objeto de debate y todo parece reducirse a  salir del atolladero lo antes posible. Pero…¿cómo es posible que decisiones que se tomaron en su día perfectamente meditadas para favorecer a personas con nombres y apellidos parecen no tener autor que las defienda y no saber ni de qué hablan?

 

Por todo lo que os estoy diciendo, no lo cumplí. Mis dos últimas entradas, y esta también, han caído en el vicio de lo inmediático. Era difícil resistirse. La actualidad había llegado a los lugares por donde transito habitualmente y lo había hecho como siempre lo suele hacer, con medias verdades.

 

Distingamos por tanto lo temporal de lo imperecedero. Vayamos con lo primero

 

En las dos últimas entradas os di mi opinión y parece que me equivoqué en poco, a pesar de que cuando lo hice creo que en ningún otro lugar se había publicado con anterioridad. Lo raro era eso, que nadie lo hubiera dicho antes. Me atreví incluso en adivinar la nacionalidad de la sociedad interpuesta y tampoco me equivoqué. Solo podía ser así: la famosa regularización fiscal de la que toda la prensa hablaba no podía ser válida. Aquí lo leísteis un  viernes  y la prensa lo publico días más tarde. Por ello, y ya que me he puesto con el temita,… me gustaría puntualizar varios “detalles” para acabar con él:

 

a)      La regularización no es inválida por inveraz como se ha dicho. El hecho de que se constituyera la sociedad interpuesta en 2008 y el dinero tuviera su origen en 2006 es  indiferente a los efectos de la regularización,  ya que  puede haber llegado el dinero  a ella en 2008 de múltiples formas, teniendo un origen anterior, por lo que esta cuestión, de indudable interés penal,  no  lo es a efectos de la amnistía fiscal.

 

b)      No es cierto tampoco que la normativa que desarrolla la regularización fiscal impida que se utilicen sociedades interpuestas. Ni mucho menos. La única de las situaciones no permitidas es precisamente la que se ha producido, esto es, la interposición entre el titular real de los bienes y estos de una sociedad no residente. Si la interposición hubiera sido de una sociedad española no hubiera existido ningún problema en que el titular real se hubiera “escondido” detrás de una sociedad interpuesta española. En el caso que nos ocupa, si en vez  de la sociedad uruguaya  el dinero hubiera estado controlado por una sociedad española, esta hubiera sido la que podía haber presentado la regularización tributaria, escondiéndose detrás de ella el conocido político. Por tanto no es cierto que la amnistía fiscal prohíba los montajes con sociedades interpuestas; más bien lo que ha ocurrido, a mi parecer, es una incorrecta valoración de la situación jurídica por parte del mencionado señor.

 

c)       Tienen razón, aquí sí, los que afirman que la amnistía fiscal no sirve para exonerar o “amnistiar” los delitos subyacentes que se encuentran detrás del origen del dinero regularizado. Esto es indudablemente así  y no se pueden ofrecer argumentos inciertos   con finalidades políticas. El hecho de que se critique una norma como es esta no debe servir para ampliar los límites de la crítica faltando a la verdad. Si el dinero escondido y regularizado tuviera su origen en  la comisión de un delito, este nunca quedará exonerado por haber acudido a la famosa regularización fiscal.

 

d)      Es más que discutible que la normativa de la regularización fiscal impida que las personas que estén incursas en un procedimiento penal de investigación no puedan acogerse a la misma por este motivo. En ningún sitio lo dice y pudiéndolo haber dicho la ley no lo dice. Exclusivamente lo impide para los que están siendo inspeccionados por la Administración Tributaria, siempre que lo sea por el mismo ejercicio fiscal.

 

e)      ¿En qué apartado de la norma legal que regula la amnistía fiscal se contempla que en el caso que nos ocupa no se deban regularizar los muchos millones que se consideran prescritos? ¿Por qué no se han regularizado cerca de diez millones de euros?

 

Lo inmediato y las   vicisitudes de las anécdotas que condicionan el juicio que al final tienen los ciudadanos sobre la mayoría de  lo que le atañe no les deberían impedir ver el bosque. Este es el bosque:

 

a)      La amnistía fiscal es una norma absolutamente injusta que atenta contra principios constitucionales como el de igualdad y generalidad. El defraudador, por ley, ha obtenido un mejor trato fiscal que el cumplidor, lo que debería suponer que a partir de este momento todos los cumplidores pidiéramos la devolución de los impuestos que hemos pagado  por encima del 10%, que es lo que han pagado los defraudadores que se han acogido a esta norma. Esto no debería tener discusión.

 

b)      La amnistía fiscal supone confiar en los defraudadores antes que en la propia administración tributaria de nuestro país. Es una bofetada a la profesionalidad de la función pública y a unos servidores públicos a los que deja en evidencia a pesar de su más que demostrada eficacia. 

 

c)       La amnistía fiscal es una norma insegura jurídicamente. La Ley que la aprueba ha dejado lagunas que se han completado de manera insatisfactoria. La redacción legal no contemplaba eximir del pago del 10 % a los importes que procedieran de ejercicios prescritos. Este, que parece un principio general del derecho tributario, cuando se ha querido prescindir de él se ha hecho sin problemas. Este es el caso de la amnistía fiscal, que en su redacción legal  prevé el pago del 10% por el total valor de los bienes no declarados sin excluir importes que pudieran corresponder a ejercicios prescritos. De ahí que estos días hemos conocido que los bienes regularizados lo son por un importe de 40.000 millones de euros que deberían haber supuesto un importe recaudado de 4.000 millones de euros…pero no ha sido así. El importe recaudado solo ha sido  de 1.200 millones, 2.800 millones menos de lo que correspondería. ¿El resto? ¿Importes prescritos? La ley no lo contempla pero así lo ha dicho un informe de la Dirección General de Tributos. ¿Pueden tres líneas de un informe de un organismo administrativo adoptar una decisión que puede suponer un coste -o pérdida- de 2.800 millones de euros? Este importe es el mismo que los famosos recortes de educación.

 

d)      La amnistía fiscal fue suscrita por muchos defraudadores con la esperanza de que nunca fueran investigados. Todo parece indicar que ese fue el compromiso, o al menos eso parece, dado que la propia Dirección General de Tributos en un informe con carácter vinculante firma una “recomendación”  inaudita. Considera que, derivado de la “peculiar” naturaleza jurídica de la regularización, ello debe suponer que no se comprueben  individualmente ni  su contenido  ni a sus suscriptores, salvo cuando ellos lo aleguen en una inspección general pero nunca específica. Hoy lo inmediático parece que puede suponer incumplir el compromiso. Ya veremos pero así debería ser.

 

e)      Aunque como he dicho la amnistía fiscal no supone la exoneración de los delitos subyacentes que expliquen el origen del delito (malversación, cohecho…) sí que supone la amnistía para otro delito: el fiscal. Si eso es así sin duda, alguna más presenta el blanqueo de capitales aunque situa al blanqueador en una posición privilegiada si se ha acogido a la regularización fiscal.

 

f)       La regularización fiscal presenta una variada gama de posibilidades de presentación no descartando, ni mucho menos, la utilización de sociedades pantallas, salvo que sean de sociedades no residentes. Por eso, y en mi opinión, creo que no se puede ni afirmar ni saber hasta el 31 de diciembre de 2013, fecha establecida en la norma, quién es el verdadero titular jurídico de los bienes regularizados porque la Declaración Especial se ha podido presentar a nombre de entidades mercantiles españolas interpuestas. Por ello no sería prudente descartar que una persona concreta se haya favorecido de la norma hasta que no llegue esa fecha. La propia Dirección General de Tributos en su informe de 11 de octubre de 2012 prevé una serie de situaciones con sociedades interpuestas en las que el presentador de la declaración es la sociedad española interpuesta aunque el titular real de los bienes es la persona física que se favorecerá de ella.

 

Por todo ello, poco más hay que decir. Por mi parte termino con estos capítulos dedicados al atentado más grave que se ha cometido en este país contra  la justicia social, la equidad tributaria y la conciencia fiscal. Para los profesionales que nos dedicamos a controlar el correcto cumplimiento de las obligaciones tributarias resulta muy difícil justificar lo que hacemos cada día con normas como esta.

 

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5 febrero 2013 2 05 /02 /febrero /2013 00:42

El diario “El País” publica la declaración, que podéis ver, del Modelo 750, parece ser que presentada a instancia de  un conocido político que estos días se encuentra en boca de todos. Con ella, y de ser cierta, pretendía acogerse a la famosa regularización fiscal especial  (amnistía fiscal) aprobada por el Gobierno español y de esta forma pagar solo un 10% en concepto de impuestos por unas inversiones realizadas en Suiza con un dinero no declarado cuando se obtuvo y posiblemente tampoco por  los intereses o beneficios obtenidos de dicha inversión.

 

Si el origen de ese dinero es legal o no, claramente no podemos pronunciarnos; en primer lugar porque no lo sabemos y en segundo porque para eso ya están los jueces. La cuestión que quiero comentaros es más “sencilla”. Me planteo técnicamente y como mero ejercicio profesional si esta declaración es correcta para el fin que se pretende, esto es, acogerse  a la regularización citada y por tanto beneficiarse de sus efectos penales y económicos.

   

Como ya os anticipé en mi anterior entrada y me ratifico en ello, creo que no lo es. Y no lo es sencillamente porque está mal presentada o desconociendo los dispuesto en la Ley que la aprueba y los propios criterios de la Dirección General de Tributos para su correcta presentación. Por tanto la regularización se podría haber presentado sin problemas de haberse confeccionado bien y beneficiar a su "presentador" como sin duda este pretendía. Pero no ha sido así. Disponer, gracias a la prensa, de los documentos necesarios nos facilita su análisis y confirma todo lo que os anticipé en mi anterior entrada.

 

Vayamos paso a paso.

 

En primer lugar, confirmado; la sociedad que presenta la declaración no es española. Como os anticipé estaba seguro  de que la primera letra de su NIF empezaría por N o W y así es. Empieza por N. Ello quiere decir que es extranjera, no residente y no establecida. Por tanto es lo primero que nos extraña. Una sociedad extranjera no debería regularizar en España los impuestos no pagados en su país, salvo que demuestre que dichos importes tiene su origen en una actividad realizada en España. ¿Qué actividad es esta? Posiblemente ninguna.

 

Los socios, según constan en su declaración extemporánea del modelo 200 del ejerció 2011, son dos ciudadanos uruguayos con amplios antecedentes en este tipo de tramas, lo que me  hace pensar , y esto es hipótesis, que la sociedad, que consta como “anónima”, pueda ser uruguaya. No sería mala elección.

 

Las Sociedades uruguayas pueden ser adquiridas tanto por residentes como no residentes en el Uruguay, generando importantes ventajas a estos últimos dado que en esta país existe el Principio de Territorialidad de la Fuente, por lo cual, la actividad generada en el exterior no paga ningún impuesto.

Las Sociedades uruguayas son ampliamente utilizadas y difundidas en todo el mundo por las siguientes características:

1. Uruguay no se encuentra calificado como paraíso fiscal ni país de baja tributación en ninguna jurisdicción.

 2. Existe secreto bancario, tributario y profesional, solamente es posible su  levantamiento por decreto judicial en caso de delito probado.

 3. Las acciones pueden ser emitidas al portador, permitiendo su privacidad.

 4.Todas las Sociedades Anónimas Uruguayas, están reguladas por la Ley 16.060 que establece formalidades tales que las hace hábiles para ser presentadas en cualquier administración fiscal del exterior del país y esta facultad distintiva las diferencia de todas las otras jurisdicciones ofrecidas por países de baja tributación o paraíso fiscal.

 

Os remito, a mayor abundamiento, a esta dirección

 http://www.iurisgal.com/docs/sociedades_OFF_SHORE_URUGUAY.pdf

para que veáis las ventajas de las sociedades anónimas uruguayas a la hora de ser utilizadas como instrumento de ocultación de bienes en los llamados paraísos fiscales.

 

Dicho esto "parece" que ya lo tenemos. Eligieron posiblemente una sociedad uruguaya como sociedad fiduciaria y con ella "titular" inversiones a su nombre con dinero no declarado. ¿Cuánto dinero?

 

Pues también lo tenéis en la declaración que os proporciono: 10.988.840 €. En su concepto incluye la explicación del mismo: fondos de inversión. Estos fondos de inversión se refieren a los que todos conocemos y localizados en Suiza y sin duda este importe tiene su origen en las aportaciones realizadas al mismo con dinero no declarado y  los beneficios del propio fondo tampoco declarados de los ejercicios 2007 a 2010.

 

Pero no deja de ser  curioso que, como acabamos de ver, una sociedad uruguaya que no debe pagar impuestos por los beneficios obtenidos en el extranjero…por tanto…¿qué está regularizando en España?

 

Pero sigamos; segunda duda. Es conocido y publicado que el dinero oculto en Suiza no es el importe que acabamos de ver sino el doble. ¿Por qué no ha regularizado el resto?

 

Lo primero que podemos ver es que no  ha incluido en la declaración regularizadora cerca de 10 millones de euros. Seguramente se ha acogido a la Resolución de la Dirección General de Tributos que considera que los importes que sirvieron para adquirir bienes no declarados y tuvieran su origen en periodos prescritos no debían pagar el famoso 10 % de peaje. Pero…mucho cuidado con esto ya que esa es una decisión de un órgano administrativo que, por cierto, no se incluye en la Ley. Es decir, la Ley que aprueba la Regularización Especial no contempla que los importes que tuvieran su origen en periodos prescritos no deban tributar. Más bien al contrario, expresamente lo omite, al igual que la orden ministerial que regula el modelo 750 que nos ocupa. Por tanto en la declaración que analizamos se ha omitido, en todo caso, al menos la inclusión de 10 millones de euros, por lo que formalmente no está regularizado este importe.

 

Tercera cuestión. La clave. La declaración incluye al lado de la descripción de los bienes regularizados una clave a marcar por el contribuyente. Si la marcada es la “2” quiere decir que no coinciden la titularidad jurídica y la real de los bienes y, además, esta clave solo se debe marcar cuando la titularidad jurídica se corresponde con una entidad no residente en España.

 

Ya lo tenemos. Esta es justamente la marcada. Nos lo confirman los declarantes: la sociedad que ha regularizado no es residente en España y además no es la titular de los bienes regularizados. Es una tapadera, o dicho más finamente, una sociedad fiduciaria. Los bienes son de otro.

 

Así es; según recoge la prensa, en el escrito que presentó al juez que investiga el asunto el político autor de este entretenimiento que tiene al país al borde del colapso, reconoció que el dinero titulado a nombre de esta sociedad posiblemente uruguaya es de él. Por tanto la titularidad jurídica de los bienes se corresponde con una sociedad extranjera pero el  titular real lo es una persona física residente en España: el político.

 

Y ahí está el error. Según la Resolución de la Dirección General de Tributos de 11 de octubre de 2012, sobre diversas cuestiones relativas al procedimiento de regularización, y expresamente resuelto en su página tres,… cuando el titular real y el jurídico no coincidan, siendo este último  no residente, quien debe presentar la declaración regularizadora es el titular real residente.

 

Por tanto quien debería haber presentado el modelo 750 es el famoso político y no la sociedad extranjera interpuesta, eso sí, siempre y cuando, dice la Ley que aprueba la regularización, el titular real y el jurídico coincidan antes del 31 de diciembre de 2013. Si lo hubiera hecho así el titular del dinero se habría beneficiado, sin duda, de los efectos de tan perversa norma, tan favorable para los defraudadores, pero paradojas de la vida…se han equivocado.

 

¿Y cómo se han podido equivocar? Creo que es una cuestión de fechas. Me explico. Consultando en la prensa las fechas de ingreso de la declaración que estudiamos esta se debió presentar en el mes de Septiembre. Por tanto antes de que se publicara la Resolución de la Dirección General comentada en la que se prohíbe que la regularización la presenten los titulares jurídicos no residentes…lo que por otra parte era lógico. Tienen prisa y la presentan demasiado pronto, antes de que salgan las normas explicativas de la Dirección de Tributos. De ahí el error.

 

¿Es un error insalvable? No. Una vez publicada la norma en la que se indica la in idoneidad de la declaración presentada y dentro del plazo establecido para acogerse a la regularización extraordinaria deberían haber rectificado la persona declarante y sustituir a la sociedad extranjera por el autentico titular real. Al no haberlo hecho así la amnistía no es válida. Dicho esto,  será así siempre y cuando esta rectificación no se haya presentado, claro.

 

El problema es que reconocer la titularidad de 20 millones de euros sobre los que no se han declarado impuestos cuando se obtuvieron, descubrir que estaban ocultos en una sociedad fiduciaria con bienes también ocultos en Suiza …y hacerlo con la idea de acogerse a una norma “amnistiadora” y equivocarte al hacerlo, te deja a los pies del juez para imputarte un par de delitos fiscales y de blanqueo de capitales.

Supongo que es el momento de ver como actúan los que tiene que actuar con contundencia.

 

Disculpad que este artículo se aleje de los discursos habituales, pero me parecía importante entrar en estos temas profesionales, en los que creo que debemos opinar con los elementos que tenemos a nuestra disposición en los medios de prensa, a los que, por cierto, nunca agradeceremos  lo suficiente que nos faciliten a los ciudadanos las herramientas necesarias para poder "fabricar" nuestras propias opiniones y no las que otros nos quieren dar. Gracias.

 

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1 febrero 2013 5 01 /02 /febrero /2013 17:43

Para los que empleamos nuestro tiempo en estos temas  a los que yo me dedico, la actualidad está en su momento de mayor “esplendor”: paraísos fiscales, cuentas en Suiza, amnistía fiscal, corrupción política….no nos dejamos nada. Como ciudadano, vivimos en una desgracia sin salida y en un agujero cada vez más oscuro, que nos ha llevado, entre unos y otros, a ser la vergüenza de Europa. Sin más; la vergüenza. Esto que acabo de decir soy consciente que es como si os hubiera dicho que un médico disfruta con una epidemia. Pues algo así es lo que tenemos: una epidemia de soberbia y avaricia.

 

De ello ya hablaremos, pero ahora quería escribir unas líneas sobre una cuestión puntual, pero creo que de gran trascendencia, que me ha llamado la atención y espero que los investigadores del tema que os voy a comentar hayan caído en la cuenta.

 

La famosa regularización tributaria del político que está estos días en todos los medios de comunicación dará mucho que hablar, sin duda, aunque  lo que sepamos lo sea por los medios de prensa. No obstante ya hay datos suficientes que nos pueden y deben hacer pensar.

 

El primero de ellos es la dimensión exacta de lo que supone la famosa “regularización” fiscal. Muchos especialistas y profesionales venían clamando desde su origen,     en el mes de marzo pasado, sobre su injusticia y el agravio comparativo frente al contribuyente cumplidor, añadiéndole a ello la posibilidad de que se convirtiera en  refugio o parapeto de situaciones delictivas. Como hemos visto así ha sido. En una sociedad mediática nada más evidente que la situación actual para poner de manifiesto que esa norma era muy peligrosa. No nos equivocamos. No se equivocó ni el propio Sr. Ministro, que cuando la presentó ya dijo que a él no le gustaba…supongo que adivinando lo que podría ocurrir.

 

La segunda cuestión me parece igual de interesante en este momento. Es la siguiente: pueden estar acogiéndose a ella, incluso, contribuyentes a los que no les corresponde. Este es el caso que nos ocupa.

 

De la información que aparece en prensa, la regularización del caso mencionado parece haber sido presentada a nombre de una sociedad calificada de "anónima". ¿Pero es una sociedad anónima española? Desde mi punto de vista difícilmente puede ser española y además que se emplee para estas finalidades fiduciarias o interpuestas, siendo, precisamente, sociedad anónima. Yo lo considero casi imposible. Opino y estoy casi seguro de que no puede ser  española y posiblemente,  de los datos disponibles,haya sido constituida al amparo de la legislación uruguaya. De esta nacionalidad parecen ser los que figuran como accionistas o partícipes –propietarios- del 100% de su capital.  La prueba definitva la obtendremos si constara  dada de alta en España  con un NIF que empiece por N o por W; en esta circunstancia, estas letras al principio del NIF  quieren decir que es una sociedad extranjera, no residente, con o sin establecimiento permanente.

 

Esta es la clave que os anticipo: si es extranjera no puede acogerse directamente a la regularización fiscal.

 

Teóricamente y defendiéndolo con uñas y dientes, solo podían acogerse a la regularización fiscal en España las entidades “extranjeras” si tienen algún tipo de vinculación con nuestro país de forma permanente, por realizar en ella alguna actividad empresarial, lo que se llama técnicamente un“establecimiento permanente”. Para que me entendáis, una sociedad extranjera que tiene  "negocios" en España. Si no es así, de entrada y sin más  no.

 

Ello quiere decir, que solo serían admisibles los efectos exoneradores de la regularización si quien la ha presentado puede jurídicamente presentarla, esto es, que la norma contempla expresamente que puede presentarla, lo que a la luz de lo que nos está trasladando la prensa, no parecer ser así.

 

Dicho esto, y a mayor abundamiento, y  sobre todo para que lo podáis entender ¿qué es lo que tiene  que regularizar en España una sociedad, posiblemente extranjera, como la que nos ocupa?

 

Una sociedad que parece ser uruguaya y que sus socios al 100% son dos personas de nacionalidad uruguaya, según los datos incluidos en las declaración complementaria de 2011 del Impuesto de Sociedades –de acuerdo con lo que publica la prensa- tiene participaciones en fondos emitidos por entidades no españolas y gestionadas en Suiza. Si estos fondos generan ganancias de capital o intereses mobiliarios y no se han declarado, estos no se consideran obtenidos en España, y por tanto no deben tributar bajo nuestra soberanía fiscal. No tiene por qué acogerse a ninguna "amnistía española". Si de lo que hablamos es de que la sociedad uruguaya con dinero “opaco” realizó aportaciones al fondo  de inversión suizo  y por tanto el origen de las mismas es desconocido y no declarado, salvo que se demuestre que se generaron en una actividad realizada en nuestro país…..en España tampoco tributan. Supongo, por tanto, que si lo que quieren es regularizar su situación tributaria lo tendrá que hacer en Uruguay y bajo la jurisdicción uruguaya, por lo que la regularización en España no creo que le sirva  de mucho al Gobierno de este país.

 

¿Cuál es entonces el objeto de debate en España? Que esos bienes, dice el señor político, no son de la sociedad hipotéticamente uruguaya...que son suyos.

 

¡!!Ah, pues eso es otra cosa!! Haber empezado por ahí.

 

Es decir, la titularidad jurídica (ocultar el dinero en una sociedad interpuesta "uruguaya") no coincide con la real (la del político español). Pues entonces mal hecho. Porque cuando la titularidad jurídica se corresponde con una sociedad no residente y la real con un residente –el señor político- quien debe presentar la regularización es el propio titular real persona física (el político investigado) y tiene hasta el 31 de diciembre de 2013 para hacer coincidir titularidad jurídica y real. Ello está expresamente regulado de esta forma en un informe de la DGT de fecha 11 de octubre de 2012. Pero lo que han hecho no es eso. Han regularizado a nombre de la entidad posiblemente extranjera y no sería válida dicha regularización.

 

Supongo que el “truco” del tema, o dicho de otra forma más neutra, la realidad a comprobar por parte de quien lo debería hacer sin más tardanza, reside  en considerar que la sociedad extranjera tiene lo que llamamos “establecimiento permanente” (negocios) en España, por lo que sí esa es la estrategia seguro que en su declaración complementaria del ejercicio 2011 del Modelo 200 (del Impuesto de Sociedades-para no residentes con establecimiento permanente-) marcó la casilla 21 del impreso como “establecimiento permanente”. De esa forma querrán considerar que, aun siendo extranjera, tenía "intereses en España" y que el dinero se generó en nuestro país. Pero ¿qué negocios? ¿ficticios o reales? En todo caso aun considerando que pueda tener algún establecimiento permanente en España ¿cómo puede demostrar que el dinero regualarizado de Suiza  está vinculado al establecimiento permanente? Prácticamente imposible.

 

Sin perjuicio de las dudas que plantea que un sujeto investigado pueda en plena actuación judicial acogerse a este procedimiento, y prescindiendo de ello, como digo, creo que la regularización no sería válida en absoluto porque debería haberse presentado por una entidad española o por la persona física, en este caso, titular real del dinero. En el asunto que nos ocupa parece que  no ha sido así y posiblemente lo hayan querido “solucionar” alegando la existencia de un establecimiento permanente en España. Por tanto, y  como dicen los abogados de toda la vida,  "no hay caso". La regularización está mal hecha y no hay amnistía que valga.... salvo que la prensa no nos haya contado algo importante....

 

 

En resumen, en este asunto hay que: primero, investigar el origen de la sociedad y su nacionalidad; segundo, su condición de residente o no en España (será no residente si las letras de su NIF empiezan por N o W); tercero, si marcaron  la casilla 21 de su declaración complementaria del Impuesto de Sociedades Modelo 200 del ejercicio 2011 que reza "establecimiemto permanente".

 

Si todo resulta como habéis leído, para este asunto como para todos los similares, la regularización no sería válida.

 

  

Todo ello, por supuesto, lo escribo precisamente a raíz de lo publicado en prensa y con los datos facilitados y viene a demostrar, por enésima vez, la necesidad de que se investigue la corrección de todas y de cada una de las declaraciones presentadas al amparo de la regularización tributaria, porque su propia presentación puede ser irregular. En este caso y sin duda, de los datos aparecidos, lo puede ser.

 

Aun os dejo una cuestión más para una próxima entrega. Los medios de comunicación nos han explicado que el dinero "oculto" en el asunto que analizamos era de cerca de 20 millones de euros pero que  el importe regularizado había sido solo  la mitad. ¿Qué ha pasado con el resto? ¿Han lincluido en la  declaración de regularización del Modelo 750 los famosos 20 millones o solo 10? ¿Tal  vez solo esos 10 millones,  defendiendo que el resto está prescrito? ¿Además de acogerse a la regularización y sus beneficios solo lo han hecho por una parte? ¿Un juez debe admitir una interpretación de la Direción General de Tributos que limita el alacance de la regularización? ¿Aun así lo incluyeron en su regularización o se les "olvido"? Lo veremos todo con detalle.

 

Que lo disfrutéis más que ellos, que  utilizando el título de una conocida película uruguaya.....escogieron un mal día para pescar.

 

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