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15 febrero 2013 5 15 /02 /febrero /2013 01:10

Llevo unos días muy autocomplaciente, mala señal. Tal vez es que he escrito demasiado y me resulta fácil deciros: “eso ya lo habíais leído aquí”. No es solo eso, pero os tengo que reconocer que el placer de poder demostrar que lo que escribo se acerca bastante a la realidad, y además  con cifras, es irresistible. Espero que me perdonéis por repetir los argumentos que ya os comenté en una de mis anteriores entradas pero si me lo ponen tan fácil no lo voy a desaprovechar.

 

El asunto, recordaréis, giraba en torno a las brillantes ideas con las que nuestros políticos nos iban a deleitar estos meses para “adelgazar” la locura de niveles y estructuras  administrativas que ellos mismo habían creado. Estos niveles superpuestos no tenían más fin que el de poder disponer de mayores posibilidades de contratación pública para premiar a sus siempre fieles empresarios de cabecera, donantes “desinteresados” de fondos para el partido, a la vez que proporcionar empleos, también públicos, a sus afiliados y demás gente de confianza,  sin duda futuros votantes por el bien de su continuidad en el puesto de trabajo.

 

El ejemplo que comentaremos lo sitúo en un ámbito territorial  cercano para mi pero me habría servido cualquiera de los que vosotros me hubierais sugerido,  porque sin duda os vendrán a la cabeza unos cuantos parecidos y que conoceréis bien. Por ello, y aprovechando mi privilegiada posición en este blog, se me ocurrió comentaros la asombrosa e impresionante creación de las Comarcas aragonesas. Un privilegio para nuestros bolsillos.

 

Nada que no os podáis imaginar. Durante la última década se crean, ni más ni menos, que 33 comarcas en Aragón. Con dos narices. Debían hacer mucha falta a pesar de que nadie las había solicitado, máxime teniendo en cuenta que en nuestro modesto mapa regional de 1.250.000 habitantes contábamos ya con las competencias del Estado, de la Comunidad Autónoma, de la Diputación Provincial y de los Municipios.

 

Con cinco niveles estaremos tan a gustito que nadie se dará cuenta, pensaron. Por lo que se ve ninguna de las tres últimas podía adaptarse a las necesidades de un territorio duro, áspero y deshabitado por lo que había que crear algo nuevo. No consideraron más económico y viable replantarse el papel de la Diputación, de las Mancomunidades, o suprimir municipios creando otros más amplios. Nada de eso servía por lo que se ve; por lo menos a sus intereses. Lo que sí servía eran las Comarcas y pensaron que con 33  (32 constituidas) estaba bien, porque de crear menos no se respetarían las “peculiaridades históricas” y claro, eso no estaría bien para el sentimiento nacionalista comarcal. Oye, y para crear una creas treinta y tres…, más ya sería sospechoso.

 

Una vez que ya las tenemos hay que dotarlas de contenido administrativo y político. Sobre todo político porque si no fuera así parecerían oficinas de funcionarios vacías de alma . Nada, nada, mucho mejor con estructura política. Vamos a crear por tanto Comarcas  a lo grande y para ello hay que dotarlas de su propio Parlamento Local -los Consejos Comarcales-, sus diputados –Consejeros- y sus propios empleados, asesores y gente de confianza. Lo de la gente de confianza siempre me ha resultado curioso porque siempre he pensado que para justificar  su contratación deberían señalar primero quienes son las personas de su "desconfianza" y las causas de la misma. Igual en los que no hay que confiar es en ellos.

 

Ni más ni menos que 791 consejeros. Si lo hicieran ahora los “encorreríamos a gorrazos”, como decimos aquí, pero en aquellos años colaba todo. Muchos de los Consejos tienen más consejeros que municipios, para lo que hace falta descaro. Sus retribuciones tienen un coste de más de cinco millones de euros, superior a las retribuciones de los 4.476 concejales de Aragón, que suponen un gasto de 3,5 millones. En cuanto al número de empleados públicos… con unos 2.200 han tenido bastantes, de los que, por cierto, solo 131 son funcionarios; es decir que solo estos ocupan su puesto por principios de mérito y capacidad tal y como establece la constitución. El resto no. Sencillamente porque muchos de ellos son jefes de gabinete y asesores. El disparate no tiene límite porque  un alto porcentaje de sus presupuestos se han destinado al pago de estas retribuciones que ha ido creciendo en más de un 12 % anual.

 

Pero no es solo eso: sedes lujosas, coches oficiales, los telefonitos guays que tanto gustan para ser alguien…y lo más peligroso, nuevas posibilidades de contratación dispersas. Las lagunas de la Ley de contratos repartidas en 32 nuevas "administraciones" abren nuevos campos de actuación a los tesoreros y a los banqueros suizos.

 

Pues bien como algo les suena mal en todo este dislate han decidido apretarse los gürtels y dar ejemplo al ciudadano con su austeridad. ¿Y que han pensado para ello? ¿Suprimirlos? ¿Pedir perdón? ¿Contratar a los parados en vez de a los amigos? Ni mucho menos: reducir el número de consejeros en la impresionante cifra del 30%. Ya está, eso es todo. Lo dicho, ejemplo de ahorro. Eso sí, después de un amplio debate  en el que hubo una gran oposición a semejante pérdida de poder político. Impresionante.

 

¿Y esto por qué pasa? Fundamentalmente porque somos idiotas y les dejamos hacer. Dicha la verdad suprema si  no te sirve este argumento por poco elaborado y  prefieres a estas horas no sentirte mal contigo mismo, no digas más: buscamos una explicación científica. Pues también la encontraremos.

 

Resulta que en Aragón existe un partido político de esos llamados “bisagras”, que con pocos votos obtiene relativamente pocos escaños pero suficientes, que, eso sí, resultan claves para la gobernabilidad regional. Ello provoca habitualmente uno de los mayores desajustes de nuestro sistema parlamentario decimonónico con el que pensamos que ejercemos la “democracia”, de tal forma que los votos de cuatro estómagos agradecidos condicionan el gobierno de las mayorías lógicas, ya que someten a estas a sus caprichos particulares, normalmente pensados y propuestos en su propio beneficio.

 

Y ahí nos encontramos; los grandes, que por gobernar dicen que sí a todo, aceptan lo que les propongan aunque sepan lo que hay detrás. Si quieres mi apoyo -les ordenan- ya estáis creando unas cuantas instituciones donde yo pueda desarrollar mis intereses, colocar a mis adeptos, que después me votarán, y tener posibilidades de contratar. Sobre todo eso, posibilidades de contratar. Así extenderé mi implantación territorial, piensan, estrategas ellos. Y por más crisis que haya esto ya no se toca, sea el que  sea el partido que gobierne, si quieren mi apoyo estas son las condiciones... porque esto… es mío.

 

Amén, así fue y así será. Como mucho disimularemos en esta crisis con el "generoso" gesto de una reducción de 30% de los Consejeros; la verdad es que nos pasamos... había muchos, total... ya lo recuperaremos cuando esto pase que ahora hay que disimular...  si no la gente se enfadará y se terminará dando cuenta que esto no sirve para nada más que para colocar a los nuestros....

 

Por supuesto que la anunciada reforma de la Administración Local "respeta", en aras de la autonomía regional, todo el diseño de las Comarcas aragonesas. Es decir, que cuando leáis el gran ahorro que se va a producir por la reforma de la Administración Local, ni una sola de las medidas anunciadas afectaran a lo que aquí estamos hablando. La policía no es  tonta.

 

El problema, después de saber como han gestionado los recursos públicos cuando pensaban que estos nunca iban a faltar, es como quieren que asumamos el despido de profesores interinos, de personal sanitario o la desaparición de comedores escolares. Sencillamente me parece injustificable.

 

  Al fin y al cabo esta es la política real, de la que no nos enteramos hasta que un buen día empezamos a pensar. Y ahora que ya lo sabemos……….. ¿Se te ocurre algo?

 

Nos vemos en una próxima entrega.

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Comentarios

C
no son santo de mi devoción, pero cuánto me hubiera gustado que las conversaciones entre pp y chunta fructicasen, adios comarcas o al menos adios a la bisagra eterna en esta tierra. pero claro, uno<br /> no pudo ceder a las pretensiones ideológicas del otro, estaría mal visto un pacto entre la derecha y la izquierda aragonesista. suframos el tripartidismo pp-par-psoe, al fin y al cabo nos gobiernan<br /> aquellos a los que votamos, o eso nos dejan creer.
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R
<br /> <br /> Cuánta razón tienes....<br /> <br /> <br /> <br />
F
Hola Raúl , me has dejado "pensando y con la fantasía volando" . Espero que el siguiente capítulo no tarde mucho . Saludos .
Responder
R
<br /> <br /> Fernando gracias por tu lectura y al fin y al cabo esta es una oportunidad para pensar y escribir. Con unas líneas que leas y dos palabras que escribas, si estas sirven para pasar un buen rato ya<br /> nos podemos dar por satisfechos. Gracias de nuevo y ya está el nuevo artículo...pesado como el que más pero creo que con ideas para compartir. Ya me dirás.<br /> <br /> <br /> <br />